Alcoy cerró ayer la campaña escolar de educación vial con altas dosis de realismo. Un simulacro de vuelco de vehículos, destinado a alumnos de cuarto de ESO, se convirtió en el broche final de un curso en el que 3.500 escolares, un 10% más que el año pasado, han acudido a las clases prácticas y teóricas ofrecidas por la Policía Local.

El simulacro, según el jefe de la Policía, David Lerma, tenía como objetivo mostrar la efectividad de los cinturones de seguridad en este tipo de vuelcos. «Si alguno de los ocupantes no lo lleva puesto, puede ocasionar múltiples lesiones al resto por el efecto centrifugadora». Los alumnos del colegio Carmelitas fueron pasando por el interior del coche, que accionado de forma mecánica daba una vuelta de 180 grados y transmitía las sensaciones, aunque a cámara lenta, de un accidente. Lerma agradeció la ayuda de La Unión Alcoyana para financiar el vehículo.