Cuando se empezó a hablar del concepto «Smart City» en Alcoy a muchos les sonó a chino. Aquello de las ciudades inteligentes que persiguen la sostenibilidad sonaba bien, pero no se terminaba de entender. Por eso era imprescindible pasar de la abstracción a los hechos concretos. Alumbrados de bajo consumo equipados con sensores de presencia, el nuevo diseño de la calle Entenza y ahora, la incorporación de autobuses eléctricos, son pasos importantes en esa dirección. Pero queda todavía camino por recorrer en una ciudad en la que los vehículos particulares hace mucho tiempo que han impuesto su tiranía y en la que todos los años se superan los límites de contaminación por ozono. Aparte de campañas informativas y de concienciación, quiza se echa en falta una mayor contundencia a la hora de aplicar medidas como la peatonalización de varias zonas, principalmente el Centro. Y es que nos jugamos mucho, empezando por la salud.