Alcoy ya se ha sumergido de lleno en los días más destacados de su calendario anual. Una multitudinaria interpretación del Himno dio por inauguradas anoche las Fiestas de Moros y Cristianos, que hasta el próximo martes prometen espectáculo, devoción y emotividad. Veinticuatro bandas se encargaron de poner la música y los miles de espectadores concentrados en la plaza de España la voz, dando forma a una impresionante sinfonía que tuvo en Benedicto Ripoll Martínez a su emocionado director.

El Dia dels Músics se convirtió una vez más en el brillante preámbulo de las Fiestas de Moros y Cristianos. Fue a las siete y media de la tarde cuando en la avenida País Valencià arrancaba el desfile de las 24 bandas de música que iban a participar en la interpretación del Himno en la plaza de España.

Unión Musical de Agres, Primitiva de Albaida, L'Aranya, Atzeneta d'Albaida, Belgidense, Beniarrés, Beniatjarense, Benigànim, Benillobense, El Deliri de Gorga, Llutxent, L'Orxa, La Nova del Palomar, Penàguila, Planes, la Lira de Quatretonda, Rafelguaraf, Instructiva Musical y Agrupación Artística Real de Gandia y Torisense, abrieron la marcha, antes de que aparecieran las cuatro formaciones alcoyanas, Serpis, Unión Musical, Nova y Primitiva. Hay que destacar que la banda de L'Orxa entregó un obsequio a la Filà Muntanyesos, por su relación ininterrumpida durante 50 años.

El acto fue avanzando en la misma medida que se incrementaba el público en las calles, pero sobre todo en la plaza de España, donde poco antes de la nueve ya no cabía ni una aguja.

El director del Himno, Benedicto Ripoll Martínez, muy vinculado a la Unión Musical tanto de Alcoy como la de Ibi, irrumpió en escena acompañado precisamente por la banda alcoyana. Después lo hizo el niño Sant Jordiet, Juanjo Valls, con la Corporación Musical Primitiva.

Él fue el encargado de entregarle la batuta a Benedicto Ripoll, momento que fue recibido con vítores y aplausos. El «Nostra Festa ja...» fue entonado por las miles de gargantas presentes en la plaza y las calles adyacentes, en un momento inimitable y lleno de emotividad con el que Alcoy da la bienvenida a sus Fiestas.

Benedicto Ripoll se mostró visiblemente emocionado al finalizar el acto y, aunque aseguró que le costaba hablar, manifestó que «no he llegado a llorar». En referencia a la Unión Musical, el director del Himno recalcó que «sigue siendo mi banda», pese a que ha pasado mucho tiempo.

Acompañado en todo momento por su hijo Benedicto, quien también formó parte del acto, Ripoll recalcó su agradecimiento «a todo el pueblo de Alcoy» por darle esta oportunidad.