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Contra el fuego y la despoblación

El Consell pone en marcha las brigadas que van a realizar tareas de prevención de incendios en diversos municipios rurales de la provincia

Contra el fuego y la despoblación

Combatir el riesgo de incendios forestales y luchar contra la despoblación. Ese es el doble objetivo de las brigadas que ya ha puesto en marcha la Generalitat en medio centenar de municipios de la provincia de Alicante. Al mismo tiempo que realizan tareas para prevenir el fuego en los alrededores de los cascos urbanos, la iniciativa también contribuye a fijar residentes con la contratación de más de 200 vecinos que se encontraban en paro y que, al menos de momento, no tendrán que marcharse fuera a buscar trabajo.

Tal y como ha venido informando este diario, el Servicio Valenciano de Empleo y Formación (SERVEF) y la Agencia Valenciana de Emergencias suscribían a finales del año pasado un convenio de colaboración a través del cual se iban a invertir 15,6 millones de euros en la contratación de 744 brigadistas forestales durante seis meses en 182 municipios de la Comunidad Valenciana con riesgo de despoblación.

La finalidad de la iniciativa pasa por la prevención de incendios forestales en las inmediaciones de estas localidades, al mismo tiempo que se contribuye a evitar el éxodo poblacional con la contratación de vecinos que se encuentran en paro y que, de otra forma, tendrían que buscar trabajo en otros lugares.

En el caso de la provincia de Alicante son medio centenar las poblaciones que se han visto beneficiadas por este programa, y más de 200 los vecinos que han sido contratados.

Alcoleja, a los pies de la Sierra de Mariola y con un rico patrimonio forestal, es una de las localidades que cuenta con una de estas brigadas, integradas por cuatro personas. El concejal de Medio Ambiente, Jesús Cuenca, destacaba los beneficios de esta iniciativa, señalando que «en nuestro caso nos está permitiendo llevar a cabo actuaciones que nos hacían falta, limpiando de maleza las inmediaciones de las casas y despejando caminos y acequias de riego».

Cuenca también resaltó la importancia de que «se contrate a gente del pueblo. Lo interesante sería que este programa se consolidase de forma permanente, porque de esta forma podríamos tener todo el término municipal en condiciones y preparado para hacer frente a incendios forestales».

Los integrantes de la brigada son de la misma opinión. El capataz, Fidel Aracil, de 60 años, enfatizaba que «esto le viene de maravilla al pueblo, porque dejamos en condiciones todos los alrededores y recuperamos caminos que se habían perdido, como por ejemplo el que enlaza Alcoleja con Beniafé». Desde el punto de vista laboral también es, en su opinión, una muy buena iniciativa. «Yo llevaba en paro desde que hace siete u ocho años cerró la fábrica. Me ayudará a subir la cotización».

Felipe Llinares, de 45 años, es otro de los brigadistas. Recuerda que hace dos años ingresó en las listas del desempleo tras terminar su trabajo como repartidor, y que esto «me ha venido de lujo, sobre todo porque la cabeza no piensa en la situación en que te encuentras. En mi caso no me importa desplazarme fuera para trabajar, pero mucho mejor si el empleo lo tienes en casa».

María Catalá es la única fémina en la brigada, y se da la circunstancia de que a sus 61 años es el primer trabajo que encuentra. «He trabajado durante mucho tiempo la tierra, pero este es el primer empleo de verdad que encuentro después de estar muchos años apuntada al paro».

El más joven, con 33 años, es Salvador Miguel García, quien hasta el pasado verano trabajaba en una carnicería de la Vila Joiosa. «La iniciativa está muy bien, porque le hacía falta a todo el término municipal una limpieza así. Además, para la gente del pueblo que se encuentra en situación de paro el programa le viene muy bien, porque en las zonas rurales hay muchas más dificultades a la hora de encontrar un empleo».

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