El Centre Ovidi Montllor de Alcoy acogió en la mañana de ayer una jornada para abordar las mentiras y negligencias cometidas en el accidente del Yak-42. El acto, organizado por Guanyar Alcoi, se enmarca dentro del proceso para retirar el título de hijo adoptivo a Federico Trillo, que el partido ha retomado. Durante la conferencia los distintos ponentes expusieron infinidad de argumentos para demostrar que este hecho se podría haber evitado.

La edil de Guanyar Alcoi Estefanía Blanes iniciaba su intervención exponiendo los antecedentes sobre la adjudicación del título al exministro en el año 2000. Reseñaba que «se han realizado dos intentos de retirada fallidos, uno en 2009 y otro en 2013, y por ello pensamos que es muy importante poner este tema de nuevo encima de la mesa y llevarlo a cabo con éxito».

Tras contextualizar el distintivo, inició su intervención el vicepresidente de la Asociación de Víctimas del Yak-42 y padre de una de las víctimas, Paco Cardona. Sin duda, unos emotivos minutos que pusieron sobre la mesa las grandes mentiras de este suceso. Cardona dejaba claro en primer lugar que «lo que se nombra como accidente no lo es, ya que se podría haber evitado». Al respecto, argumentó que 14 militares se quejaron del estado del avión los días previos. Además, señaló que 47 días antes del siniestro la caja de registro de la cabina no funcionaba y el comandante de la aeronave tenía el certificado médico caducado hecho que anulaba su licencia de conducción.

El representante de las víctimas añadió que el proceso de identificación de los cadáveres fue inexistente. Como ejemplo, indicó que el cadáver que le entregaron tenía tres pies y estaba certificado como correcto. Además, la mayor parte del cadáver de su hijo se lo entregaron a una familia de Zaragoza, que lo incineró. Cardona sentenció que «esto indica que no es que hubiera errores de identificación, sino que directamente no la hubo. Los 62 informes forenses eran calcados y estaban firmados por un general que llevaba dos botellas de vodka en su cuerpo».

Cardona indicó que la única lucha que le queda en este duro proceso es repatriar los restos de su hijo que aún están en Turquía. Añadió que lleva 15 años amenazado por Federico Trillo, pero «no le tengo miedo, ya que es una mentira viviente que ladra mucho pero no muerde».

Por su parte, el exteniente del Ejército de Tierra Luis Gonzalo de Segura afirmó que «vivimos en una España franquista 3.0 con unas fuerzas armadas de delincuentes y condenados por delitos». Cerró su intervención sentenciando que Trillo tiene las manos manchadas de sangre y que, en su opinión, tiene que ser juzgado y condenado a prisión. En el acto también intervino el diputado de Unidos Podemos Juan Antonio Delgado, quien manifestó que hay que trabajar por la transparencia en el Ministerio de Defensa y democratizar los procesos.