La pedanía murera de Turballos, en la comarca de El Comtat, se quedó ayer materialmente pequeña con motivo del funeral por Vicent Micó, el popular «Pare Vicent», fallecido el día antes a los 89 años de edad.

La misa se celebró en la pequeña iglesia de Sant Francesc de Paula y fue oficiada por siete sacerdotes venidos de puntos dispares. Fue tal la asistencia que la mayor parte de los presentes se tuvieron que quedar fuera del templo, donde siguieron el oficio religioso por un altavoz.

Todos elogiaron la figura del que califican como «gran maestro de la vida», fundador de la comunidad que ha rehabilitado Turballos y defensor del territorio y de su cultura. Se destacó su bondad, su rechazo a las injusticias y su compromiso con la paz. Estaban la alcaldesa de Muro, Jacquelin Cerdà, los integrates de la comunidad y gran cantidad de amigos y conocidos de innumerables municipios.

Tal y como señalaba uno de los sacerdotes oficiantes, Josep Llopis, de la localidad castellonense de Tales, «destacó sobre todo por su coherencia vivida en paz».