Rutinas tan habituales como asistir al consultorio médico, el banco o comprar cosas de primera necesidad se convierten en toda un pesadilla para los pequeños pueblos de Comtat. La ausencia de transporte o los largos recorridos y malos horarios de las rutas establecidas complican la vida de los vecinos de las zonas rurales, que tienen que ingeniar la forma de llegar a poblaciones como Muro, Alcoy o Cocentaina para poder cubrir sus necesidades básicas.

El Consell aprobaba esta semana la propuesta de poner autobuses «a demanda» para que los vecinos de las zonas rurales puedan comunicarse mediante transporte público con los grandes núcleos urbanos. De esta forma, muchos pueblos rurales del Comtat saldrían del aislamiento que sufren y que llevan reclamando hace años. Un fenómeno que fomenta aún más la despoblación en estos municipios.

La consellera de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, María José Salvador, manifestaba que con esta nueva medida el transporte se establecerá por zonas y no por líneas para poder agrupar los municipios de la forma más efectiva. Resaltaba que la iniciativa permitirá cubrir la ausencia de transporte de 43.000 vecinos que actualmente se encuentran incomunicados en los núcleos rurales.

Entre los municipios del Comtat más afectados se encuentra L'Orxa que junto a Alcocer, Gaianes y Beniarrés no tienen ningún medio de transporte para poder comunicarse con los núcleos centrales de población. El alcalde del L'Orxa, Arnaldo Dueñas, destacaba el gran problema que supone que los residentes no puedan acudir con independencia a ciudades como Alcoy o Cocentaina y tengan que cuadrar su agenda con la de algún vecino para poder salir del pueblo. Apuntaba también, la importancia de esta nueva medida y alababa que el Consell haya escuchado las peticiones que se han realizado desde las zonas rurales. A su vez puntutalizaba que «aunque la medida es positiva desde la Consellería se tendrán que reunir con los alcaldes para explicarnos el funcionamiento y cómo se van a realizar los servicios ya que no queda claro el procedimiento».

Como parámetro a tener en cuenta destacaba que «establecer servicios entre varios pueblos acorde a la demanda de los mismos será la mejor opción y así podrá agrupar varias citas para que se rentabilicen los servicios prestados».

El primer edil de Tollos, FélixFrau, reseñaba que aunque en el municipio sí poseen transporte los tiempos del recorrido llegan hasta las tres horas por lo que la población no hace uso. Puntualizaba que los cincuenta y ocho habitantes del pueblo son muy mayores y prefieren quedar con un vecino del pueblo antes que soportar esta cantidad de tiempo. Es por ello que acoge con positivismo esta medida ya que «la posibilidad de realizar más rutas ofrece la oportunidad de acortar los kilómetros y así ofrecer un servicio con mayor calidad y efectividad».

Por su parte la alcaldesa de Quatretondeta, Silvia Soler, destacaba que «aunque sí tenemos transporte escolar los niños se reducen y por lo tanto al final este servicio también se terminará, por lo que con esta medida se abre una ventana de esperanza para comunicarnos con los grandes núcleos de población». Indicaba que ya ha hablado de la medida con otros alcaldes afectados y que juntos acometerán lo necesario para que esta medida llegue al disfrute de sus vecinos.

El municipio de Alcoleja, otro de los grandes afectados, disfruta de un transporte con horarios muy reducidos que no permite a sus vecinos poder realizar las gestiones ya que sale a las 10.oo horas y regresa a las 12.00 horas. Su alcalde, Francisco Fenollar, transmitía que este problema además de afectar a la rutina cotidianas, también impide que los vecinos de estos pueblos puedan acudir a actividades de ocio, cine, teatro, etc; aspecto que «aunque no es vital, hace que los pueblos no crezcan porque si vives aquí no puedes salir si no tienes vehículo privado». Indicaba además, que años atrás algunos vecinos tuvieron que trasladarse a Valencia para poder terminar sus estudios básicos porque el transporte no llegaba hasta Cocentaina.

Con esta medida se abre una puerta al crecimiento y una opción para vecinos y visitantes que podrán cubrir sus necesidades básicas sin tener que inventar artimañas para acudir a los municipios vecinos.

El sentimiento de pueblos rurales es común y se dirige en una única dirección, solventar el grave aislamiento que sufren y poder ofrecer a sus vecinos los servicios básicos y así no abocar a la despoblación que sufren y que cada día resta vida a sus emblemáticas calles. Ahora queda esperar y ver cómo deben proceder para que las nuevas medidas se hagan realidad y así disfrutar de esta necesidad tan básica que ahora es un sueño para todos ellos.