Ibi se encuentra inmersa en la celebración de sus Fiestas de Moros y Cristianos, alcanzando ayer una de las jornadas más destacadas. Las Entradas contaron con la participación de más de 5.000 personas, entre ellas los componentes de un centenar de bandas de música. La leve lluvia hizo acto de presencia por la tarde, pero no mermó la vistosidad del desfile ni impidió que los festeros se sintiesen arropados por el numeroso público que se concentró a lo largo de todo el recorrido.

Los actos en honor a la Virgen de los Desamparados arrancaron el pasado jueves con la tradicional Nit de l'Olla. El emotivo pregón dio paso a una velada cargada de nerviosismo entre los protagonistas de las Fiestas, los capitanes y las abanderadas, quienes llevaban un año esperando a que llegase el Dia del Passeig.

El gran día dio comienzo a primera hora de la mañana con la tradicional Diana, tras la cual las tropas cristianas hicieron su entrada a la villa de la mano de los Templarios. Con un boato muy guerrero, el capitán, Fernando Linares Lillo, recorrió las calles más céntricas de la población arropado por familiares, amigos y compañeros de comparsa, así como al son de «L'Aragonés Perfecte», interpretada por la Agrupació Musical «La Llira de Quatretonda».

El comandante de la cruz recibió las llaves de la villa ante la tribuna de autoridades, justo delante del Ayuntamiento, y visiblemente emocionado, aseguró que un gran ejercito de hombres y mujeres le acompañaban en la batalla por el poder del municipio.

El desfile de la mañana se desarrolló con total normalidad y con una climatología favorable. Las tribunas estuvieron desde el primero momento repletas de un público muy entregado que se deshizo en aplausos al paso de los festeros.

En cuanto a las vestimentas, las armaduras y los colores oscuros destacaron en la capitanía, haciendo latente el carácter guerrero de los Templarios.

Los Cides siguieron a la comparsa de cargo y, tras ellos, desfilaron los Mozárabes, los Almogávares, los Guerreros, los Contrabandistas y los Maseros.

Con el cielo completamente nublado y rigurosa puntualidad, las huestes moras llegaron a Ibi para quedarse después de un receso para comer y reponer fuerzas. La elegancia que caracteriza a este bando se apreció desde el primer momento, en un desfile que estuvo encabezado por la comparsa Chumberos.

El capitán, representado por Francisco Román Pina, estuvo acompañado por un cortejo que duró más de hora y media y en el que hizo alarde de las riquezas de las tropas moras, repartiendo monedas a su paso.

Los Tuaregs sucedieron a los Chumberos en el desfile, seguidos por los Mudéjares, los Almorávides, los Beduinos, los Piratas y los Argelinos.

Poco antes de que el capitán alcanzase la tribuna del Ayuntamiento empezaron a caer las primeras gotas de agua. Aunque la lluvia se dejó ver de forma intermitente, el viento y el importante descenso de las temperaturas hicieron que la tarde fuese desapacible. Pese a todo, los numerosos asistentes despegaron sus paraguas y continuaron arropando a los festeros durante todo el desfile.

Entre el acto de la mañana y el vespertino se dejaron ver numerosas autoridades, entre ellas, alcaldes de las comarcas de l'Alcoià, El Comtat y la Foia de Castalla, diputados provinciales y autonómicos y el conseller de Economía, Rafael Climent.

Programa

Hoy hay Diana a las 8.15 horas, Misa del Fester a las 10 y Desfile Infantil a las 11.30. A las 17 horas será el Alardo, a las 18.30 la Embajada Mora y a las 21 la Ofrenda.