Castalla vibró ayer son su primer día de «Trons» donde el protagonismo no fue sólo de la pólvora y el ruido sino también de los colores de los estandartes de cada comparsa en la tradicional «Ballada de Banderes».

La jornada comenzó por la mañana con la Diana y la Misa de Comparses. Sobre las 12.00 horas, los festeros ya estaban preparados con sus arcabuces para el Alardo y para hacer vibrar las calles del centro de Castalla con el sonido de los disparos. Desde la Iglesia, el bando cristiano con Mariners, Maseros, Pirates y Cristians; desde el Convento, las huestes moras con Moros Grocs, Moros Vells y Mudéjares. Como siempre, guiando a cada comparsa, los más pequeños con sus pasos especiales y su escudo.

Ambos bandos se encontraron en la plaça Major después de desplegar toda su arcabucería. Este año, se han tramitado más de 400 licencias para disparar y se han repartido 500 kilos de pólvora para todos los actos.

Tras los «truenos», era el momento de uno de los actos más esperados: la «Ballada de Banderes». En la plaza se hizo el silencio para que sonara la música. Un representante de cada comparsa cogió su estandarte y empezó esta especie de batalla que tiene como protagonistas a las banderas. El movimiento de un lado a otro de cada uno de los participantes despertó el aplauso del público.

Por la tarde, la pólvora volvió a ser la protagonista en el acto de la «Guerrilla»; además de la Embajada del Moro y la Procesión. Castalla sigue hoy con sus fiestas con el Desfile Infantil y la «Ballada de Banderes» de los más pequeños así como la Ofrenda de Flores.