El Instituto Tecnológico de Producto Infantil y Ocio (AIJU), ubicado en Ibi, está trabajando en el desarrollo de un proyecto cuyo objetivo es incorporar la robótica educativa dentro de las aulas en materias como la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, a fin de despertar el gusto en unas áreas en las que cada vez se detecta más déficit de profesionales.

El proyecto STEMJAM -de las siglas Science, Technology, Enginiering y Mathematics- está coordinado por el colegio Engeba de Valencia y AIJU, así como por los institutos Sultantepe de Turquía, Berenini de Italia y ZS10 de Polonia. Cuenta con la financiación del programa Erasmus de la Unión Europea y se inició en enero de 2017.

Con esta iniciativa buscan despertar el gusto por las carreras científicas y tecnológicas en niños y niñas, al detectar «cierta dificultad para encontrar profesionales cualificados», según explica AIJU.

La aportación del Instituto Tecnológico ibense pasa por desarrollar una plataforma online y desarrollar actividades paralelas. En la plataforma se recogerá una guía con necesidades, motivaciones, metodología pedagógica a utilizar, evaluación de competencias y consideraciones de género, así como un curso online que permitirá a los docentes aplicar este tipo de aprendizaje colaborativo y por proyectos en las referidas materias.

La iniciativa, además, incorporará la robótica educativa en las aulas, contando desde actividades simples para conocer y ensamblar el robot, hasta complejas de programación.

Por ahora, AIJU está trabajando con la plataforma abierta Arduino y sensores con los que se pueden llevar a cabo diversas actividades con los robots. La codificación de los programas, según el instituto, se está realizando en Scratch, «un lenguaje abierto y especialmente desarrollado para alumnos por el MIT Media Lab».

El primer paso para introducir la robótica educativa es el modelo Mbot de Makeblock, el cual facilita conexiones con el conector rj25 para que los estudiantes no tengan que hacer empalmes complejos de cables para conectar sensores y placas base.

Según los datos facilitados por AIJU, «se ha detectado que las chicas son menos proclives a la realización de las carreras STEM». Además, el Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional alerta que «la necesidad de profesionales formados en carreras STEM aumenta cada año al ritmo del 15%, estimándose que hasta el año 2020 hará falta cubrir un millón de puestos de trabajo de carácter científico y tecnológico en toda Europa».

Nacho Seguí, del Project Manager de AIJU, señala que «enriquece la educación» el hecho de que los alumnos se enfrenten a la resolución de los problemas en esos espacios creativos y sean resueltos de muchas maneras. Además considera que «hace más lúdicas estas materias y los prepara para competencias a las que se enfrentarán de adultos».