El Molí de Paper de Ibi será objeto de las primeras obras antes de que finalice este año. Las acciones tendrán como objetivo reparar el tejado para que esta parte del edificio no se hunda y acarree mayores destrozos además de los que ya padece, bien por el tiempo de la estructura o por la cantidad de daños que ha padecido a causa del vandalismo. La obra de la cubierta saldrá a concurso en los próximos meses por un valor de 50.000 euros, y se prevé que esté finalizada antes de que termine este 2017.
Las obras del tejado restarán 50.000 euros al presupuesto total de 230.000 que el consistorio tiene fijado únicamente para mantener la estructura en pie y que no se derrumbe el edificio. Cantidad que por parte del Ayuntamiento está marcado gastar en un total de cuatro años. Dicho importe fue fijado tras la valoración que un arquitecto realizó cuando el edificio pasó a manos municipales el pasado año.
El edil de Patrimonio del Ayuntamiento de Ibi, Nicolás Martínez, remarcaba que es todo un orgullo para el pueblo que este edificio sea municipal ya que de esta forma a medio plazo todos los ciudadanos podrán disfrutar de lo que se ubique en él, y por otra parte es misión de todos cuidarlo hasta dicho momento, ya que son muchas las acciones de vandalismo que el edificio ha sufrido en los últimos años, motivo de los cuales hay partes del edificio muy afectadas, hecho que también pasará factura en las acciones económicas que haya que realizar.
La pasada semana, un técnico de patrimonio de la Conselleria visitó Ibi, realizando un análisis de varios edificios clave de su patrimonio, y con el objetivo de valorar las opciones que el municipio tiene para pedir todas las subvenciones vigentes para acometer más acciones en el Molí de Paper, así como en otros iconos históricos de la villa.
El edil de Patrimonio reseñaba que no solo se van a quedar en órganos como Diputación o Conselleria, sino que van pedir ayudas al Ministerio ya que al ser un edificio histórico las convocatorias pueden ser más numerosas, «se van a tocar todas las puertas posibles para conseguir el máximo número de ayudas, y poder realizar más acciones de las previstas por el presupuesto municipal», resaltaba Martínez.
Sobre su destino final, de uso y disfrute para la ciudadanía, no hay nada decidido, explicaba el edil, ya que hay varias peticiones por parte de los grupos políticos. Por parte del equipo de gobierno, se ha propuesto convertir el Molí en un centro de recepción de visitantes de la Font Roja y centro de interpretación del agua y del Barranc del Molins, materia que creen muy idónea por el enclave en el que se encuentra ubicado.
Por su parte, el Partido Socialista lanzó la propuesta de cambiar el museo de la Biodiversidad a este edificio patrimonial, aspecto que Nicolás Martínez no cree conveniente ya que actualmente está ubicado en la antigua fábrica Payá y está funcionando en muy buenas condiciones.
Compromís por su parte plantea realizar un centro de oficios, y que un grupo pueda trabajar y rehabilitar poco a poco el edificio, propuesta que por parte del equipo de gobierno no creen reñida con la suya.
En cualquier caso, lo que actualmente preocupa al consistorio es que el edificio no se derrumbe ni se deteriore más, es por ello que quiere iniciar la obra del tejado a la mayor brevedad.
