Un barrendero de Alcoy, Ginés G. Z., aceptó ayer penas que suman 56 años de prisión por haber abusado de siete menores de edad entre 2003 y 2015 en este municipio tras el juicio celebrado en la Audiencia, según confirmaron fuentes cercanas al caso. La Fiscalía inicialmente reclamaba penas que sumaban 80 años que redujo tras confesar el procesado los hechos que se le imputaban.

En su mayoría, las víctimas del pederasta eran niños, aunque también había niñas. Desde el momento de su arresto, el procesado ha estado en prisión preventiva. El juicio ha tardado poco menos de año y medio en celebrarse desde el arresto.

Las fuentes consultadas por este diario indicaron que en cualquier caso el límite máximo de cumplimiento de estas penas era de veinte años. Los menores no han tenido que declarar en el juicio, ya que en su día el juzgado grabó su testimonio para que pudiera ser utilizado en el juicio como prueba preconstituida. El objetivo era evitar que las víctimas tuvieran que volver a contar los abusos que sufrieron. Por ello, durante el juicio, el tribunal ha visionado estas grabaciones.

Los hechos ocurrieron entre los años 2003 y octubre de 2015, fecha en la que fue finalmente fue detenido. Según el escrito de acusación al que ha tenido acceso este diario, el acusado usó contra todas sus víctimas técnicas similares, aproximándose a ellos para ganar su amistad, invitándoles a que fueran a su casa, donde les ofrecía regalos, dinero y atenciones. Una vez lograda su confianza, el procesado iba más allá y comenzaba a mostrarles vídeos y material pornográfico. Finalmente, consumaba actos carnales con ellos. Los menores tenían entre ocho y catorce años de edad.

El acusado se ha declarado culpable de los cargos que se le imputan y ha dicho que estaba muy arrepentido y que sus actos se debían a que había tenido una infancia difícil. La Fiscalía ha introducido una atenuante de confesión y también ha suprimido alguno de los delitos que se le imputaban. El Ministerio Público no ha considerado probado que alguno de estos abusos se cometiera bajo amenazas a los menores de edad. Alguno de ellos se opuso a las proposiciones del acusado y fue la denuncia de uno de ellos la que abrió la investigación.

Según el escrito de acusación, el procesado veía películas o imágenes de contenido pornográfico con los menores. En algunos casos les pedía que se masturbasen o que le hicieran una felación. En otras ocasiones, les pedía que posaran para él en actitudes sexuales mientras les tomaba fotografías. En algunos casos los menores iban a pasar la tarde allí y en otras ocasiones llegaron a pernoctar en la vivienda.

La Fiscalía le acusa de cuatro delitos continuados de abusos sexuales con acceso carnal con menores por los que pide diez años de cárcel por cada uno; tres delitos continuados de abusos sexuales sin acceso carnal con menores, por los que reclama tres años de cárcel por cada uno, más un año más por el mismo delito en grado de tentativa; un delito de elaboración de material pornográfico con menores por el que pide cinco años; más un delito continuado de provocación sexual por el que reclama un año de cárcel. Asimismo reclama indemnizaciones que suman más de 70.000 euros para todas las víctimas.