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Quatretondeta

La carretera menguante

La colocación de barandillas estrecha los tres puentes de la CV-754, la vía de acceso al municipio, complicando hasta el extremo el paso de autobuses y vehículos pesados

El autobús escolar se las ve y se las desea para atravesar los puentes, que se han estrechado todavía más si cabe con la instalación de las barandillas. juani ruz

Parafraseando el título de la película, lo que le ha ocurrido al principal vial de acceso a Quatretondeta se podría titular perfectamente «La increíble carretera menguante». La colocación de barandillas ha estrechado hasta límites insospechados los tres puentes distribuidos a lo largo del recorrido, complicando al máximo el paso de camiones y vehículos pesados. Esta circunstancia está afectando el día a día de los vecinos de este pequeño municipio de El Comtat de apenas un centenar de habitantes, siendo la prueba más evidente la de un escolar con muletas que no puede disfrutar del autocar adaptado debido a que no cabe por los puentes.

Fue hace tres años cuando la Diputación decidió acometer unas obras de mejora de la seguridad de la carretera CV-754, que une Gorga con Quatretondeta. Éste es el principal acceso al municipio por no decir el único, ya que el tramo de esta misma vía que sigue hasta Fageca no deja de ser, por su estrechez, un mero camino asfaltado. Con un presupuesto de 188.850 euros, la actuación se centró en los sistemas de contención de los tres puentes, sustituyendo los antiguos pilones, muy deteriorados, por unas barandillas.

Lo que era una actuación bien intencionada, sin embargo acabó convirtiéndose en un problema para el tránsito, toda vez que la instalación de las barandillas ha propiciado que los puentes, de un sólo carril, se hayan estrechado todavía más, complicando hasta límites insospechados el paso de autobuses y vehículos pesados. Es el autobús escolar el que más sufre las consecuencias de este estrechamiento, dado que debe circular todos los días por la carretera, exigiendo la máxima pericia de los conductores. También supone un problema para los camiones, que igualmente transitan con asiduidad por este vial, ya que Quatretondeta alberga varias granjas.

Un ejemplo de los problemas que provoca en el día a día de los vecinos es el de un escolar que debido a una operación tiene que ir con muletas, y que no puede disfrutar de un autobús adaptado porque sus dimensiones le impiden el paso por los puentes. Su madre es, precisamente, la alcaldesa de la población, Silvia Soler, quien en diversas ocasiones ha solicitado una solución a la Diputación, sin que hasta la fecha sus peticiones hayan sido atendidas. «Lo lógico -subraya- es que las barandillas las hubiesen anclado en el exterior del puente y no encima de la calzada, como han hecho». Soler se queja de que «somos un pueblo que ya de por sí está bastante escondido, y ahora que se habla tanto de turismo rural lo que tendrían que dar es facilidades a la gente para llegar a los municipios y no lo contrario».

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