El pantano de Beniarrés está empezando a salir de la UCI después de tocar fondo a finales de septiembre con una reservas de tan sólo el 5,5%. Las lluvias de las últimas semanas le han aportado un hectómetro y medio de agua que le han permitido doblar sus reservas y situarse por encima del 11%. La presa, sin embargo, sigue desembalsando el caudal ecológico con el objetivo de acumular más recursos, principalmente para el riego.
La fuerte y persistente sequía que se viene arrastrando llevó al pantano de Beniarrés a alcanzar a finales de septiembre su nivel más bajo en 20 años al situarse al 5,5% de su capacitadad con tan sólo 1,5 hectómetros cúbicos de agua. Con todo, las lluvias registradas en las últimas semanas, sin ser ni de lejos las necesarias para revertir de verdad la situación, sí que han permitido al embalse mejorar su situación. A mediados de octubre, tal y como informó este diario, se había detenido el descenso de las reservas, y ya en el transcurso de este mes los niveles han empezado a remontar.
Según los datos ofrecidos por la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), las precipitaciones han permitido al embalse doblar sus escasos recursos y situarse en 3,11 hectómetros cúbicos de agua, lo que lo dejan al 11,11% de su capacidad.
En cualquier caso, la presa sigue desembalsando sólo el caudal ecológico, a razón de 100 u 80 litros por segundo, con el objetivo de seguir acumulando recursos, sobre todo para cuando llegue la temporada de riego para los campos de cultivos de cítricos de la comarca valenciana de la Safor.
