El sector provincial de la almendra ha cerrado la campaña con unas pérdidas cercanas a los 10 millones de euros. Las fuertes heladas registradas a principios de año, así como la persistente sequía, han reducido la cosecha un 60%, por lo que apenas supera al millón de kilos en grano. Los precios, por otro lado, se están moviendo en niveles razonables, aunque son más bajos de lo que se llegaron a pagar el año pasado.
Pintaba mal la campaña de almendra y las peores previsiones han acabado cumpliéndose. Las heladas registradas en el mes de febrero ya anticipaban que este iba a ser un año muy complicado. De hecho, La Unió de Llauradors ya situaba en esos momentos el descenso de la producción en un 40%, en una afección que alcanzaba sobre todo a los campos de cultivo situados en las zonas más elevadas. Pero por si esto fuera poco, la persistente sequía ha terminado de arruinar la cosecha, hasta el punto que, al cierre de la campaña, ya se puede concluir que ha caído un 60%, lo que equivale a unas pérdidas de unos 10 millones de euros.
Algunas de las zonas más damnificadas han sido el Vinalopó, l'Alcoià, El Comtat y la Foia de Castalla, donde se sitúa La Trencadora, dedicada al pelado y comercialización de almendras. Su gerente, Ángel Mollá, lamentaba «las dos heladas consecutivas que hemos sufrido, y que se ha llevado por delante todas las variedades autóctonas. La falta de lluvias también ha marcado la temporada, y eso es algo que venimos arrastrando de años anteriores».
Respecto a los precios, indicó que han bajado en relación al año pasado, «aunque se mantienen en niveles razonables. A día de hoy, afortunadamente, es rentable el cultivo, cosa que no pasaba en ejercicios no muy lejanos».
La industria del turrón de Xixona vuelve a acaparar una parte importante de la producción de almendras de la provincia, aunque matizaba que «contamos también con otras plazas».
