La vicepresidenta de la Generalitat y consellera de Igualdad Mónica Oltra anunciaba en mayo la apertura del Centro de Enfermos Mentales (CEM) de Alcoy, largamente esperado, para «finales de año», un objetivo que ahora ya se sabe será difícil de cumplir y no se materializará hasta 2017. Mientras el Ayuntamiento ha iniciado la exposición pública de la cesión del edificio a la Generalitat, que se ocupará de su equipamiento y gestión, la recepción de las obras de construcción aún no se ha podido consumar, en un proceso que la teniente de alcalde de Políticas Sociales, Aroa Mira, espera que pueda resolverse antes de que concluya el año.

El pasado 28 de septiembre este diario informaba que la apertura del CEM estaba seriamente complicada por las dificultades para consumar el trámite de recepción de las obras, que la empresa constructora no lograba culminar, a pesar de que los esfuerzos de los últimos meses. A día de hoy la situación no ha cambiado, aunque Ahora Mira confía en que se pueda cerrar antes de fin de año. «Llevamos demasiado tiempo esperando, pero la voluntad es de abrirlo cuanto antes; lo que ocurre es que hay mucha gestión administrativa por parte del Ayuntamiento y la Generalitat», afirma.

Además, ayer se publicó en el BOP la información pública de la cesión del edificio a la Generalitat, que será la administración encargada de la gestión. Se abre un plazo de quince días para formular alegaciones y observaciones. Después, «la cesión se tendrá que aprobar en pleno por mayoría absoluta. Lo que está claro es que hay una voluntad clara, materializada por la Generalitat con una partida de 400.000 euros para el equipamiento, que además es específica».

Sin embargo, desde Ciudadanos, la edil Lucía Granados no ha ahorrado críticas a la falta de gestión del gobierno local, al que considera «responsable» del retraso. De hecho, Granados y Mira mantuvieron un duro enfrentamiento en la última comisión, en el que esta última acusó al anterior equipo del PP de «haberlo hecho mal desde el primer día. Tenía que estar en nueve meses y llevamos seis años de retraso».