La romería no se ha celebrado muchos años, ya sea por la lluvia -como ha ocurrido recientemente en tres ediciones consecutivas- o por circunstancias de épocas, en que la ciudadanía no se animaba. No obstante, siempre, desde el hallazgo de los Lirios milagrosos del Carrascal en 1653, la Font Roja ha sido escenario de conmemoraciones, religiosas y festivas, una tradición que se mantiene y que ha sido renovada en 2016.

El padre Antonio Buenaventura Guerau y el retor de Confrides hallaron los dos Lirios el 21 de agosto de 1653, tras una noche de oración, un acontecimiento catalogado como milagroso y que derivó diez años más tarde en la inauguración de una primera ermita. La bendición se produjo el 21 de agosto y propició el descubrimiento de un tercer lirio con la imagen esculpida de la Virgen en su interior.

La costumbre de conmemorar el hallazgo se extendió de inmediato cada 21 de agosto se celebraba una romería que ascendía hasta el santuario, un evento que tenía su parcela religiosa y también otra lúdica. La ermita ha sido renovada en diferentes ocasiones y la romería ha tenido altibajos, pero desde finales de los años 70 se ha convertido en un acontecimiento ciudadano importante, que ahora intenta recuperarse de una reciente «crisis», causada por tres años consecutivos de lluvias. Las celebraciones, en estas ediciones, se tuvieron que limitar a la parcela religiosa, con los actos en la ciudad.