La música de Moros y Cristianos vuelve a inundar las calles principales de Castalla por la festividad de Sant Jaume. Esta fiesta se celebra cada mes de julio como anuncio a los festejos de Moros y Cristianos, que se celebran anualmente del 1 al 4 de septiembre, en honor a la patrona local, la Virgen de la Soledad.

La mañana del sábado, todas las comparsas se concentraron para empezar los actos del día con la tradicional diana, que reunió a las tres comparsas moras y las cuatro cristianas en un desfile por la localidad. Al finalizar con el recorrido «dianero», los festeros se dirigieron en comitiva acompañando a las capitanías de sus comparsas, hacia la Ermita de la Sang, localizada a las faldas del Castillo de Castalla.

Una vez llegados a la ermita, los castalleses ofrecieron una misa matutina a su patrona con las tradicionales banderas de las capitanías todavía plegadas. Por la tarde, la ermita volvía a ser lugar de reunión, esta vez, para bendecir las banderas y que estas fuesen desplegadas por las Damas y la Reina de fiestas. Tras la apertura de banderas, los festeros anunciaron al resto de ciudadanos, la llegada de los Moros y Cristianos con el desfile del «Avís fester». A partir de este momento, es cuando empieza la tradicional «Ballà de Banderes», el acto más destacable de la jornada, que cada año reúne a más espectadores.

Cabe destacar que las altas temperaturas no fueron problema para los castalleses y el público que acudió a contemplar los actos de Sant Jaume, el anuncio de la llegada de los Moros y Cristianos en septiembre. A partir de este fin de semana, a los festeros de Castalla les espera un intenso calendario, con numerosos actos previos distribuidos a lo largo de todo el mes, hasta llegar a los días principales de las fiestas, que se iniciarán el sábado 31 de agosto con la «nit de l'olleta» y su «Entrà de bandes», en la cual participan todas las agrupaciones musicales que acompañarán a los festeros hasta el día del alardo.