Los alojamientos rurales del interior de la provincia de Alicante van a vivir el mejor verano desde el inicio de la crisis, según las previsiones que se manejan por parte del sector. Si el año pasado ya se notó una mejoría al alcanzar una ocupación del 65%, en esta ocasión las previsiones son incluso más optimistas, ya que todo apunta a que se podría llegar a porcentajes del 80%, sobre todo en el mes de agosto.
Y todo ello después de una larga travesía en el desierto, coincidiendo con lo más duro de la crisis económica. Pese a que las mejores épocas para el sector son los puentes festivos, la Semana Santa o la Navidad, no era normal que en verano la ocupación apenas alcanzara el 40%, lo que puso a muchos establecimientos contra las cuerdas, llegando a asfixiarlos materialmente.
Afortunadamente, las cosas han empezado a cambiar y las perspectivas son mucho más optimistas. La presidenta de la Asociación Alicante Turismo Interior, Indira Amaya, manifestaba que «las previsiones son mejores que el año pasado porque se ha notado una mejora en el poder adquisitivo, y además las reservas se realizan con mayor antelación en comparación a años anteriores, que prácticamente llegaban a última hora».
Otro factor que está beneficiando la actividad del sector es el esfuerzo promocional de los propios establecimientos. «Algunos alojamientos -resaltó- atraen turistas debido a su gran popularidad en portales y guías especializadas, que los ubican en puestos de popularidad muy por encima de hoteles de gran prestigio».
La oferta, además, también ha mejorado en los últimos tiempos. «Los alojamientos rurales y de interior ofrecen productos artesanales y de origen ecológico y promueven el respeto por el medio ambiente, con cuestiones como el tratamiento de aguas residuales a través de plantas de oxidación o el de las piscinas con sal. Además, ponen en valor los recursos turísticos de la zona, como la gastronomía, las rutas de senderismo, el ciclismo, los paseos a caballo o la cultura y patrimonio arquitectónico y arqueológico», enfatizó.
Cabe reseñar, por otro lado, que la crisis, aparte de efectos negativos, también ha tenido algunas ventajas, como ha sido el cierre de algunos establecimientos que hacían la competencia de manera desleal al no estar dados de alta, cuestión ésta que había sido denunciada repetidamente por el sector ante las autoridades competentes para que reforzaran la política de inspecciones.
Con todo, y según manifestaba Indira Amaya, desde el sector se sigue echando en falta una mayor promoción de la oferta de alojamiento rural y de interior de la Comunidad Valenciana, así como de los recursos turísticos de la zona.
El área de la costa continúa copando el principal esfuerzo en materia promocional por parte de los distintos organismos, con lo que son muchos los clientes que aterrizan en la provincia sin saber que las comarcas del interior también ofrecen múltiples atractivos a todos los niveles.
Mientras los alojamientos rurales ven cómo de forma progresiva mejoran sus índices de ocupación, no sucede lo mismo con los hoteles de interior, situados en su mayoría en ámbitos urbanos. El verano pasado, en la provincia de Alicante, sólo llenaron un 40% de sus plazas, y para el actual los porcentajes pueden ser similares o experimentar leves subidas.
