El Ayuntamiento de Alcoleja y el Campus de Alcoy de la Universidad Politécnica de Valencia (PGOU) han firmado el convenio para la redacción del plan de usos de la antigua base militar de Aitana. El Ayuntamiento ha adelantado el dinero que costará el proyecto, cerca de 6.000 euros, con el objetivo de agilizar al máximo la iniciativa.

Tal y como se viene informando, el Ayuntamiento de Alcoleja, municipio de apenas 200 habitantes, viene luchando desde hace diez años para conseguir que las antiguas instalaciones militares de la Base de Aitana tengan un uso público. Es justo ese el tiempo transcurrido desde que el Ejército del Aire las abandonó para concentrar sus efectivos en la zona de radares, situada en la cima de la sierra.

A lo largo de todo este tiempo el complejo ha entrado, además, en un preocupante estado de degradación fruto del expolio y la falta de mantenimiento, lo que llevó al consistorio a plantearse incluso la declaración de ruina.

Sin embargo, y tras las múltiples gestiones efectuadas, la Diputación anunciaba el pasado mes de enero su voluntad de implicarse en el proyecto de recuperación de la base, aunque condicionándolo a la confección de un estudio que concrete los posibles usos y su viabilidad.

En este sentido, este pasado jueves el Ayuntamiento de Alcoleja y el Campus de Alcoy de la UPV firmaban el convenio por medio del cual la universidad se hará cargo de redactar el informe. Según explicaba el alcalde, Francisco Fenollar, el estudio en cuestión tendrá un coste cercano a los 6.000 euros, dinero que adelantarán las arcas municipales.

Según sus palabras, «se trata de una suma muy importante para un ayuntamiento como el nuestro, con un presupuesto de apenas 140.000 euros. En cualquier caso, nuestro objetivo es agilizar al máximo el asunto, y ya veremos después si nos lo puede financiar alguna administración».

Se espera que en el plazo de seis semanas el plan esté redactado, coincidiendo con una visita que el presidente de la Diputación, César Sánchez, tiene previsto realizar a las instalaciones.

De momento no se han concretado los usos a los que se podrían destinar los inmuebles de la base, aunque a lo largo de todos estos años se han barajado diversas opciones, desde aulas de la naturaleza hasta centros de la tercera edad, pasando por albergues, hoteles y sede para las brigadas forestales de emergencia.