Alcoy anunció ayer, a primera hora de la mañana, la resurrección de Cristo al son de Els Xiulitets. Centenares de alcoyanos, que se congregaron en la calle San Nicolás, hicieron sonar los pequeños botijos en el momento en que la Virgen María se encontraba con su hijo.

El Ayuntamiento de Alcoy abrió sus puertas, cuando empezaban a verse las primeras luces del día, para repartir las tradicionales vasijas de barro para la esperada procesión. Los alcoyanos, tras pasar por la puerta de la Casa Consistorial, se desplazaron hasta la calle San Nicolás, al lado de la plaza de Ramón y Cajal, para esperar el momento, quizás, más emotivo de la Semana Santa alcoyana. Mientras, por las céntricas calles se podía escuchar «Desperta't Alcoi», la marcha de Gregorio Casasempere que interpretó la Corporació Musical Primitiva en la «despertà».

Una vez que la Vella llegó a la plaza de Ramón y Cajal, los jóvenes sacaron a hombros la imagen de Cristo Resucitado y lo llevaron a la parte alta de la calle San Nicolás mientras, desde la parte baja de esta principal vía pública, otro grupo llevó corriendo a la Virgen María. El momento más esperado se produjo minutos después de las 7.45 horas. A esa hora tuvo lugar el cara a cara entre la Virgen y Jesucristo, bajo una lluvia de aleluyas y mientras el público soplaba en el botijo lleno de agua, que emula el trinar de los pájaros, para celebrar el feliz encuentro.

El párroco de San Mauro y San Francisco, Vicente Balaguer, pronunció unas palabras antes de que se reanudara la procesión con las dos imágenes por las calles San Nicolás, San Mauro, San Francisco y, de nuevo, regreso al templo de San Mauro.

Alcoy, con la procesión de Els Xiulitets, puso el punto final a la Semana Santa y dio paso al Domingo de Gloria, en que 28 festeros de las filaes y los sargentos moro y cristiano anunciaron la llegada de las Fiestas.