«No se puede ir ni por el sol, ni por la sombra; ni por lo tejados ni por las aceras». Con estas absurdas leyes convivieron ayer, como cada 28 de diciembre, los vecinos de Ibi. La jornada se enmarca dentro de Les Festes d'Hivern y coincide con la celebración de los Santos Inocentes, de ahí su característico toque de humor.

Desde bien temprano, «Els Enfarinats» tomaron las calles de la villa ataviados con estrafalarias vestimentas y divertidos maquillajes. A su paso, estos personajes fueron lanzando cohetes, alertando a los ibenses de que la ley de lo absurdo estaba a punto de imponerse en la localidad.

En la calle Les Eres, justo delante del Ayuntamiento, «Els Enfarinats» se encontraron con los miembros de «l'oposició», cuyos atuendos tampoco podrían calificarse de discretos. En ese punto, los participantes de los festejos libraron una carrera por la toma del poder, alcanzando la vara de mando Vicente Candela y, por tanto, proclamándose alcalde de «Els Enfarinats» por segundo año consecutivo.

Rafael Serralta, tras su «destitución» como primer edil, deseó que «sean justos y honestos», a la vez que reconoció entre risas que «siempre acaban haciendo lo que les da la gana».

El nuevo gobierno, acompañado por sus opositores, subieron al salón de pleno para distribuirse las competencias antes de tomar las calles. Finalizado el acto, continuaron su camino hasta la plaza de la Iglesia lanzando más cohetes. Durante el recorrido, además, Candela fue anunciando las nuevas leyes y normas de obligado cumplimiento, amenazando con sanciones y multas a «todo aquel que nos las cumpla».

La harina y los huevos volvió a ser la munición que estos estrafalarios personajes utilizaron en una batalla que no dejó indiferente a nadie. Como es habitual, el Ayuntamiento establece cada año una zona de seguridad en la que el público está «a salvo». No obstante, el ligero viento provocó que los espectadores acabasen con polvo blanco en sus abrigos, así como algún que otro cohete «borracho» alcanzó la zona infranqueable.

Como novedad, durante la guerrilla se pudieron escuchar las bandas sonoras de conocidas películas, como Star Wars o Piratas del Caribe. Sin apenas descanso, «enfarinats» y «oposició» dejaron a un lado la harina, los huevos y los extintores para convertir la plaza de la Iglesia en un auténtico espectáculo pirotécnico en el que todo tipo de cohetes y bengalas hicieron que más de un espectador atrevido, que había sobrepasado la barrera de seguridad, saliese corriendo. Los fuertes estruendos, el color de las latas de humo y los destellos de los petardos pusieron el punto y seguido a una tradición que tiene fines solidarios.

Completamente impregnados de harina y huevo, los participantes de «Els Enfarinats» recorrieron las calles de Ibi visitando los diferentes comercios para recaudar donativos y dinero para el Asilo de San Joaquín, donde acudieron por la tarde.

La jornada de ayer también fue la primera de las danzas y lo que empezó con un gobierno absurdo, terminó con el tradicional «Ball del Virrei». Durante la mañana también hubo pasacalles por otras zonas de la población.