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Imitaciones de alto riesgo

Las falsificaciones de juguetes causan pérdidas millonarias e incumplen la normativa de seguridad

Los laboratorios de AIJU realizan una gran labor en materia de seguridad de los juguetes. JUANI RUZ

Las falsificaciones de juguetesfalsificaciones juguetes, además de causar pérdidas millonarias al sector, suponen una amenaza para los niños debido a que la práctica totalidad incumplen las normativas de seguridad. El problema es de primera magnitud, toda vez que sólo el año pasado fueron incautadas en las aduanas de la Unión Europea (UE) 3,4 millones de copias, una cantidad que sin embargo es sólo la punta del iceberg. Pese a los potenciales riesgos, un 30% de la población comunitaria se declara consumidora de productos falsificados, porcentaje que se eleva hasta el 50% en los jóvenes de entre 14 y 24 años.

La Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI) presentaba el pasado lunes un informe en el que se ponía de manifiesto que, en el conjunto de la UE, las falsificaciones de juguetes causan unas pérdidas anuales de 1.400 millones de euros al sector, además de la destrucción de 6.150 puestos de trabajo. En el caso de España, quinto país más afectado, el perjuicio económico es de 167 millones, mientras que los empleos perdidos se sitúan en 500.

El impacto, sin embargo, es mucho más elevado, de 2.300 millones de euros al año en el contexto comunitario, si se tienen en cuenta los efectos indirectos en provedores y tiendas. En esta misma línea, la disminución de puestos de trabajo se estima en 13.200.

Pero las falsificaciones de juguetes no sólo tienen efectos negativos a nivel económico y de ocupación, sino que también suponen un riesgo para los niños. Y es que la práctica totalidad de copias incumplen las normativas de seguridad, que son muy exigentes en el sector precisamente por tratarse de productos dirigidos al público infantil. Según explicaba el presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes y desde la semana pasada también del sector europeo, José Antonio Pastor, «no hay datos concretos, pero está claro que los que se dedican a copiar no invierten en seguridad, por lo que nos encontramos ante un grave problema».

La normativa hace referencia a la composición de los materiales empleados, la presencia de elementos cortantes o la existencia de piezas que puedan ser ingeridas por los niños, entre otras muchas cuestiones. Aspectos todos ellos que tienen que ser validados antes de que los artículos salgan al mercado, en este caso a través de los laboratorios especializados del Instituto Tecnológico del Juguete y del Producto Infantil Instituto Tecnológico del Juguete y del Producto Infantil(AIJU), con sede en Ibi.

Concienciación

Sin embargo, y pese al riesgo evidente que suponen, estudios realizados ponen de manifiesto que un 30% de la población europea se declara consumidora de productos falsificados o copias, porcentaje que se eleva hasta el 50% en el caso de los jóvenes de 14 a 24 años. «Es evidente -enfatizó Pastor- que hace falta una labor de concienciación, para que la gente sepa el daño que se está causando a la industria y el riesgo que entrañan este tipo de artículos».

El año pasado fueron incautados en las aduanas comunitarias 3,5 millones de juguetes falsificados, valorados en 24,4 millones de euros. Pese a que a simple vista se trata de cifras más que significativas, sólo se trata de la punta del iceberg, si se tiene en cuenta que las pérdidas anuales para el sector se sitúan en los 1.400 millones de euros. Las copias interceptadas procedían en un 97,76% de China y en un 2,14% de Hong Kong. Los juguetes, además, fueron el segundo artículo más incautado en las aduanas, por detrás inmediatamente del tabaco.

El sector, ante este grave problema, reclama todavía un mayor control por parte de las autoridades inspectoras, así como un endurecimiento de las sanciones. Según Pastor, «las actuales no son disuasorias en modo alguno. Evidentemente hay que ir a por el fabricante de las falsificaciones, pero también a por los que las venden. Si se cerrase algún que otro negocio, a lo mejor las cosas empezaban a funcionar mejor».

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