Mari Carmen Prats lleva años trabajando en el seno de la Plataforma de la Dependencia de l'Alcoià y El Comtat, a pesar de no tener entre sus familiares a ninguna persona con discapacidad. También es conocida por su actividad municipal, toda vez que fue concejal del Ayuntamiento de Cocentaina en el período comprendido entre 1999 y 2007, cuando ejerció las competencias de Hacienda, Juventud y Régimen Interior.
Sorprende que se haya involucrado de esta forma en el colectivo de dependientes, sin tener a ningún familiar en esta situación...
Cuando se constituyó la plataforma todavía estaba metida en política, lo que propició que me interesara por conocer las necesidades y reivindicaciones de este colectivo. Después, al dejar el Ayuntamiento, empecé a a asistir a las reuniones y fue la barbarie que se había cometido con estas personas lo que me hizo involucrarme en su lucha para conseguir una justicia social. Además, parto de la base de que todos podemos llegar a ser algún día dependientes.
¿Y cómo ha llegado a convertirse en la coordinadora de todas las plataformas en la Comunidad Valenciana?
Primero estuvo al frente del colectivo Jaume Esteban de Valencia, a quien sustituyó Carmen Santamaría de Castellón. Ahora le correspondía el turno a alguien de la provincia de Alicante, y supongo que se fijaron en la plataforma de l'Alcoià y El Comtat porque somos de los más reivindicativos.
¿Cuál es la situación actual en relación a la aplicación de la Ley de la Dependencia?
Estamos fatal. Se calcula que en toda España hay 45.000 personas pendientes de entrar en el sistema de prestaciones. Además, aquellos que las cobraban han visto cómo los recortes presupuestarios aplicados a partir de 2011 se las han reducido al mínimo. Estamos hablando de personas que cobraban 400 euros y ahora apenas perciben 40, lo cual es en la práctica como si no cobraran absolutamente nada.
¿Cómo se ha llegado a esta situación?
Según estipula la ley, la financiación tiene que venir por parte del Estado y de las comunidades autónomas. Sin embargo, en el caso de la Comunidad Valenciana la aportación regional es del 81% y la del Estado de sólo el 19%. El resultado es que hay miles de personas que se encuentran en el limbo de la dependencia, y que es absolutamente necesaria una financiación correcta por parte del gobierno central.
¿Ha cambiado algo desde la entrada del nuevo gobierno autonómico?
Estamos todavía expectantes a ver que pasa, pero de entrada en estos seis meses ha habido un cambio de actitud y se puede dialogar. Antes ni tan siquiera nos atendían. Con Cotino no llegamos ni a hablar y las pocas veces que nos recibieron fue a través de Angélica Such, que no cumplía en nada de a lo que se comprometía. Ahora, insisto, se ha abierto una vía de negociación y se han creado mesas de trabajo con afectados, trabajadores y técnicos.
¿Qué es lo que se reclama desde las plataformas?
No queremos promesas electorales, sino que se dote a la ley de los fondos económicos necesarios. Lo que tienen que percibir los dependientes no son las estrenas de Navidad, sino lo que les pertenece. La ley, además, se tiene que aplicar igual en todo el territorio nacional, y nosotros hemos tenido la desgracia de que la Comunidad Valenciana siempre ha estado a la cola.
¿Se han registrado algunos avances?
Vuelvo a recalcar que ahora estamos en pleno diálogo, porque hay muchas cosas para solucionar. De momento se han resuelto los casos más urgentes, pero queremos una puesta al día de las prestaciones y parece que a partir de enero se cobrará entre los días 1 y 5. También se está trabajando en la eliminación del copago, pero es necesario cambiar la normativa para legislarlo, por lo que no tendrá efectos inmediatos.
¿Es optimista de cara al futuro?
La prestación era muy baja y con los recortes ha ido a menos. También se ha dejado de cubrir la seguridad social de los cuidadores. Se puede decir que partíamos de cero y hemos ido a menos diez, con lo que ahora costará mucho de rehacer. Somos conscientes de la realidad, pero nuestro propósito es seguir reivindicando con el objetivo de construir un futuro mejor.
