El final de las vacaciones estivales ha dejado el Partido Judicial de Alcoy en una situación de provisionalidad, toda vez que ha coincidido el traslado de tres de los cuatro titulares de los juzgados, que ahora deberán ser reemplazados. El último en marcharse ha sido el responsable del número 2, Javier Santolario, que ha venido desempeñando las funciones de decano en los últimos años, y que ahora ha obtenido plaza de magistrado en Benidorm, según las informaciones recabadas por este diario.
Ocurre de vez en cuando a consecuencia de lo que en medios judiciales se conoce como «un problema estructural del sistema»: se produce un proceso de ascensos, que conlleva bajas simultáneas. Para los sectores profesionales vinculados con la justicia, es un «verdadero problema», ya que los sustitutos «bastante hacen» con tramitar los asuntos urgentes que entran, atender los juicios señalados o asistir las declaraciones previstas. El día a día, sin embargo, queda «aparcado» a la espera de un nuevo titular, que, primero que nada, tendrá que asumir sus funciones y «empaparse» de todo lo que ha recibido, lo cual requiere un tiempo.
En esta recta final del verano, tres de los cuatro juzgados de Alcoy se han quedado sin titular. Los responsables de las salas números 1 y 3 marcharon en julio a nuevos destinos, mientras el del número 2 lo ha formalizado esta semana, en lo que supone el final de trayectoria local del decano. De acuerdo con las fuentes consultadas, el Juzgado número 1 está ya a cargo de un sustituto, al igual que el 3, si bien en este último caso está nombrado un titular, que está previsto se incorpore antes de fin de mes. Lo normal es que para el número 2 también se designe un sustituto en fechas próximas.
Entre tanto, Laura Morell, titular del Juzgado número 4, asume las funciones del decanato en tanto sigue al frente de su sala, que, como se sabe, está situada en la calle Gabriel Miró, en un local alquilado hace una década por la Conselleria de Justicia para su puesta en marcha, ante la falta de espacio en el Palacio de Justicia.
Para los profesionales, estas situaciones, que se dan de manera cíclica, son negativas, en tanto contribuyen a paralizar la tramitación de los asuntos mientras los jueces definitivos se tienen que poner al día.
