Cabían muchos resultados, se habían hecho muchas quinielas en el marco de unos pronósticos difíciles, pero en ninguno entraba un PP con 4 concejales y con 43 votos menos que Ciudadanos/Sedano, lo que supone un desplome abisal. Ayer, Rafa Miró y los suyos tuvieron 4.883 votos, cuando en 2011 habían tenido 12.256, con lo que pasan de 11 concejales a 4; en realidad, el «centro-derecha» pierde en conjunto 3 ediles, ya que la suma de los representantes municipales logrados ayer por ambas formaciones es de 8.
¿Que PSOE y Guanyar/EU iban a sacar 14 ediles entre los dos logrando mayoría absoluta? También resultaba difícil de anticipar, ya que ambas formaciones han gobernado durante dos años y medio con 9 (7+2), por lo que Antonio Francés y su equipo logran 2 representantes más y Guanyar 3. De esta forma, el PSOE vuelve a ganar unas municipales en Alcoy por primera vez desde 1995, mientras Guanyar obtiene el que sería mejor resultado desde los 4 ediles que Josep Albert Mestre obtuviera en 1979. Sin duda, este balance hay que interpretarlo como un respaldo de la ciudadanía a la gestión que ha hecho el gobierno municipal.
Francés quería gobernar en solitario y estaba decidido a ello, pero tras el resultado obtenido ayer por Guanyar anunció que mantendrá conversaciones con los grupos de izquierda y muy especialmente con la formación que ha liderado Estefanía Blanes, en aras de una gobernabilidad estable. De esta forma, intentará conseguir un amplio consenso para la gestión de la ciudad; en principio, además, no debe tener problemas por la investidura, toda vez que los candidatos del PP Rafa Miró y Ciudadanos Jorge Sedano mostraron su disposición durante la campaña a facilitar el gobierno a la lista más votada.
Esto nos lleva, precisamente, a la otra gran victoria de la noche electoral, protagonizada por Ciudadanos/Sedano que de la nada pasa a cuatro concejales, merced a los 4.926 votos obtenidos. Esta formación ha conseguido recoger el voto de la nueva marca, pero también ha cosechado el respaldo de los descontentos con el PP local, sometido a multitud de vicisitudes y divergencias en los últimos tiempos, con la fuga de concejales incluida. De esta forma, entra con gran impacto en el consistorio municipal, aunque con una repercusión más contenida por la mayoría que ha cosechado la izquierda, o que reduce su capacidad de influencia en las decisiones diarias.
Y en el otro lado de la balanza están los dos «perdedores» de la velada, que son el PP y también Compromís, que ve disminuida su representación de 5 a 3 ediles. Rafa Miró decía bien claro y alto anoche que continuará, que va defender el «único programa» que asegura se ha presentado en la campaña y que no tiene previsto dimitir en ningún caso. Eso sería de «cobardes», manifestó.
El ambiente era de luto, quizá más aún que en la noche de 1999 en que EU acordó sumarse al pacto con el PSOE y NE, en virtud del cual la izquierda retenía la Alcaldía, con José Sanus al frente; un año más tarde, todo se tornaría en fiesta con la ruptura del tripartito y el acceso de Miguel Peralta y el PP a la Alcaldía. El resultado cosechado ayer es peor que el de 1983, cuando el PSOE sacó 18 concejales y AP se quedó en seis.
El pasmo era absoluto, las caras de circunstancias y tristeza evidentes, conforme empezaban a llegar los apoderados e interventores de las mesas, en muchos casos miembros de la propia candidatura. Fernando Pastor, veteranísimo y curtido en mil batallas lo resumió a la perfección, en referencia al empate con Ciudadanos: «Es flipante». Nadie esperaba un nivel de votos tan bajo, máxime cuando en las filas populares se había insuflado optimismo en los últimos días, que ahora se ha visto era interno, de cara a darse ánimos y tratar de despertar al electorado.
Difíciles van a ser los tiempos futuros para el PP de Alcoy, sometido aún a tensiones internas cuya repercusión está por ver. Una veterana militante se mostraba anoche optimista: «lo bueno es que a partir de ahora sólo podemos mejorar».
Compromís tenía muchas esperanzas puestas en que su labor de oposición, complicada en muchos momentos, le otorgara un resultado igual o mejor al cosechado hace cuatro años, con 5 ediles; al final no ha sido así y se ha quedado con 3, tras haber perdido más de 2.000 votos por el camino (6.096 en 2011 y 3.958 en 2015). A las decisiones complicadas en algunos momentos se ha sumado también algún debate interno, especialmente por la marcha de Rafa Carbonell. También en este caso toca analizar lo hecho y plantear el futuro.
En este contexto, tendría que producirse una hecatombe mayúscula para que el alcalde no fuese Antonio Francés, que de esta forma abordaría un segundo mandato con mejores perspectivas que el primero, especialmente después de la ruptura del tripartito. Guanyar se perfila como el apoyo o socio idóneo.
