Si Agres tiene un emblema patrimonial, aparte de los extraordinarios paisajes del parque natural de la Sierra de Mariola, ese es sin duda el Convento de la Mare de Déu del Castell. Miles de peregrinos procedentes de toda la provincia de Alicante y de fuera de ella acuden todos los años a este lugar, aún a pesar de que la mayor parte del inmueble se encuentra cerrado al público por su deterioro. El municipio, con todo, estáempeñado en que recupere el esplendor de tiempos pasados, y en este sentido la reapertura del restaurante marca el inicio de un complicado pero al mismo tiempo ilusionante plan de rehabilitación.
Fue a finales de 1577 cuando se autorizó la construcción del convento, gracias a la afluencia de los devotos de la Virgen, aparecida en este enclave en 1484, según cuenta la tradición. Al año siguiente comenzaron las obras, siendo habitado por religiosos franciscanos hasta la segunda mitad del siglo XX. A partir de ahí, el inmueble fue entrando en un paulatino deterioro, a excepción de la iglesia, que se mantiene en perfectas condiciones. En la década de los 80 se sustituyó la cubierta gracias a la colaboración de todo el pueblo, lo que permitió detener la degradación provocada por las filtraciones de lluvia, y este último año se han invertido 45.000 euros en el refuerzo de la estructura a través de una subvención gestionada por el Ayuntamiento.
Sin embargo, todavía resta mucho por hacer, y a ello va a contribuir la reciente reconstrucción y nueva apertura del restaurante, una obra de 340.000 euros financiada con un préstamo que, además de ofrecer un servicio a los visitantes, permitirá generar unos recursos que serán reinvertidos en la adecuación del convento.
Una fundación integrada por el Ayuntamiento, el Consejo Parroquial y la filà Els Pastorets, respaldada por todo el municipio, es la que se está encargando de gestionar la iniciativa. Numerosas personas realizan donativos, mientras el Consistorio trabaja para obtener subvenciones de la Diputación e incluso de la UE.
El párroco, Mario Gadea, manifestaba que «se podrían hacer visitas guiadas a través de un recorrido por las antiguas celdas, cocina y comedor, que todavía se conservan en parte. Las posibilidades son enormes».
El alcalde, José Manuel Francés, explicaba que «el objetivo es ir poco a poco rehabilitando el convento y, de entrada, evitar que se caiga, porque entendemos que es un elemento patrimonial y sentimental muy importante que nos negamos a que desaparezca».
