Las lluvias que se han venido registrando en las últimas semanas han duplicado las reservas del pantano de Beniarrés, después de que este prácticamente tocara fondo en la recta final del año pasado. El embalse se encuentra en estos momentos al 28% de su capacidad, aunque todavía muy lejos del 57% que registraba el ejercicio anterior por estas mismas fechas. El pantano de Guadalest también se ha recuperado, mientras que el de Amadorio sigue a la baja.
La fuerte y persistente sequía registrada a lo largo de 2014 tuvo su reflejo más evidente en el pantano de Beniarrés, cuyas reservas descendieron de manera notable, hasta alcanzar cotas desconocidas al menos en los últimos 30 años. El embalse llegó a acercarse de forma peligrosa en la recta final del ejercicio pasado a un 13% de su capacidad, aunque afortunadamente no fue necesario imponer restricciones de riego en los campos que, sobre todo en la comarca de la Safor, se abastecen del río Serpis.
La situación, con todo, ha tendido a mejorar de forma progresiva en las últimas semanas, merced a los distintos episodios de lluvia y nieve registrados. Las precipitaciones han sido en líneas generales leves, a excepción de las de la semana pasada, en que llegaron a recogerse cantidades superiores a los 60 litros por metro cuadrado aguas arriba del pantano. Todo ello, en conjunto, ha propiciado una paulatina recuperación de las reservas, hasta situarse al 28%, con 7,41 hectómetros cúbicos. Sin embargo, estas cifras siguen lejos de las del año pasado por estas mismas fechas, cuando el embalse estaba al 57% con 15,42 hectómetros.
También Guadalest ha mejorado su situación, pasando del 29% de finales de 2014 al 34% actual, con 4,36 hectómetros. Amadorio, en cambio, ha seguido empeorando, y si en noviembre estaba al 11%, ahora se sitúa en el 7% con 1,19 hectómetros. En ambos casos la situación es peor que en febrero del año pasado, cuando estaban al 53% y el 46% respectivamente.
