Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Gandia y Alcoy, más lejos que nunca

Un conflicto deja sin transporte público las comarcas de la Safor, la Vall d'Albaida y l'Alcoià

Gandia y Alcoy, más lejos que nunca

Gandia y Alcoy, dos ciudades que estructuran y lideran un territorio que se vino a denominar Comarcas Centrales Valencianas y que durante setenta años disfrutaron de una línea de ferrocarril directa para mercancías y pasajeros, se acaban de quedar, por primera vez en la historia reciente, sin un sistema de transporte público que las comunique. También ha desaparecido la conexión Alcoy-Beniarrés.

El motivo es un conflicto surgido entre la Generalitat y la empresa de autobuses que tiene la concesión de las líneas entre ambas localidades y los municipios intermedios integrados en las comarcas de l'Alcoià, el Comtat, la Vall d'Albaida y la Safor.

Desde el 1 de octubre, los ciudadanos que no dispongan de vehículo propio o puedan pagarse un taxi no pueden desplazarse entre municipios como Gandia, Ontinyent, Alcoy, Castelló de Rugat, Beniarrés, Cocentaina o Muro.

En un ámbito más local, también los vecinos de Ròtova o de Llocnou de Sant Jeroni se han quedado sin autobús para ir a Gandia, la ciudad en la que tienen la mayor parte de los servicios, entre ellos el hospital comarcal, que genera una gran movilidad.

Autobuses La Amistad, empresa titular de estas líneas de autobús, decidió parar todos los servicios, sin previo aviso a los usuarios y a los municipios afectados, dejando exclusivamente un servicio Gandia-Alcoy a la semana, concretamente los viernes.

En la empresa declinaron hacer declaraciones, pero este periódico ha podido saber que el motivo son los recortes de la Generalitat. En concreto, la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente ha dejado de abonar el dinero que le corresponde para mantener este servicio de autobús, dado que se trata de líneas de pasajeros que están declaradas oficialmente «deficitarias» y sujetas a ayudas públicas.

La conselleria que dirige Isabel Bonig adeuda decenas de miles de euros por este concepto, e incluso las empresas del servicio de transporte escolar han amenazado en varias ocasiones con interrumpir el servicio.

El conflicto que ha puesto fin al transporte público entre Gandia, Ontinyent y Alcoy era algo que se veía venir, dado que la Generalitat tiene desde hace tiempo los requerimientos de la empresa para que satisfaga sus obligaciones para el mantenimiento del servicio de pasajeros. Harta de esperar, la empresa La Amistad ha decidido echar el cierre.

Desde ahora, ir de Gandia a Alcoy se convierte en una odisea de media jornada. Hay que coger al tren, llegar a Silla, cambiar con destino a Xàtiva y allí esperar uno de los pocos servicios que une esta ciudad con la capital de l'Alcoià. Eso, lógicamente, en un viaje «de placer», porque resulta del todo imposible que una persona pueda cumplir un horario laboral estándar si tiene que depender de tres líneas de ferrocarril para presentarse en su puesto de trabajo y regresar después a casa.

Lo ocurrido ahora es un eslabón más en el progresivo desmantelamiento de las redes de transporte que han afectado a esta zona del territorio valenciano. De hecho, el servicio ya era tan deficiente que los ciudadanos le daban la espalda y optaban, forzados ante la necesidad, por el vehículo privado. Consiguientemente, han ido descendido los usuarios, y eso ha convertido la explotación de las líneas en negocios deficitarios. Hay que recordar que en abril de 1969 desparecía el tren que unió Alcoy con el puerto de Gandía.

Desestructuración territorial

Lo ocurrido ahora también revela que la Mancomunitat de Municipis de la Safor tenía razón cuando hace varios años inició los trabajos para acometer cambios importantes en toda la red de transporte público de la comarca.

Los estudios ofrecieron un diagnóstico muy negativo de este servicio público y propuso a la Generalitat, como administración competente en la materia, que creara una especie de Agencia de Movilidad Comarcal que habría gestionado las concesiones de las líneas de pasajeros para hacerlas más eficientes y atractivas a los ciudadanos. La Conselleria de Infraestructuras ni siquiera respondió a esa demanda.

Los ciudadanos comprueban cómo día a día se producen nuevos ejemplos de desestructuración territorial, algo que afecta a la calidad de vida y, peor aún, al desarrollo económico. Ir en autobús a Alcoy ya es una odisea, pero poco menos se puede decir de quienes padecen las rutas a Dénia y la Marina en general. Hacia el norte, el ferrocarril dibuja la otra cara de la moneda, con ochenta trenes diarios, en ambos sentidos, entre Gandia y Valencia.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats