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FRANCISCA CORTÉS

«Los niños lo han sido todo en mi vida»

Sacristana de l'Alqueria d'Asnar homenajeada con un monumento. Francisca Cortés Richart es toda una institución en l'Alqueria d'Asnar. A sus 89 años lleva nada menos que 64 ejerciendo como sacristana de la parroquia de San Miguel.

Francisca Cortés Richart fotografiada junto al monumento que la representa a ella con unos niños en brazos. JUANI RUZ

Lleva prácticamente toda su vida ejerciendo como sacristana de l'Alqueria d'Asnar, en lo que ha supuesto continuar una tradición familiar...

Efectivamente, antes era mi madre la que llevaba a cabo esta labor, y yo le sucedí a partir de 1950. En mi casa siempre hemos sido muy religiosos.

¿Cual ha sido su función a lo largo de todos estos años?

Me encargo de preparar la iglesia para que esté lista para la misa, con todos los ornamentos. También, durante este tiempo, he impartido el catecismo a los niños, e incluso monté un grupo de scouts, que desgraciadamente no continúa activo. Pero en su momento sí que estuvo funcionando y hacíamos muchas excursiones. Me acuerdo, por ejemplo, que en Pascua me llevaba a los niños a pie hasta Agres y lo pasaban muy bien.

¿Podría calcular a cuantos niños ha impartido el catecismo?

A muchísimos, no sabría decir. La verdad es que ha pasado todo el pueblo, porque antes los niños venían mucho más que ahora, en que sólo se les prepara para la Primera Comunión.

¿Cual es la razón de que ya no acudan tantos?

Antes los padres tenían más interés en que sus hijos vinieran al catecismo, tanto por creer en Dios como también por el hecho de que se celebraba una fiesta y les dábamos un premio. Desde la estatua de un santo a muñecas. Había un patronato en Cocentaina donde podíamos adquirir regalos a precios asequibles.

¿Había muchas penurias en aquella época?

En l'Alqueria, afortunadamente, estábamos bastante bien, ya que Papeleras se encontraba en su pleno apogeo y trabajaba todo el pueblo.

Aparte del catecismo, también es una evidencia que la gente, hoy en día, va menos a misa. ¿A qué lo atribuye?

Por desgracia, es verdad que la gente viene menos. Todos creemos demasiado en nosotros mismos y no nos damos cuenta de que Dios está ahí. Ahora, además, no hay pecados por nada, a la gente todo le parece bien.

También deben ser muchos los párrocos con los que ha tratado a lo largo de estos años...

Un montón, y la verdad es que con todos me llevé bien, porque yo los he respetado y ellos me han respetado a mí.

¿Destacaría a alguno en particular?

Quizá a don Miguel García Aznar, un cura de Benifallim con el que se montó el grupo de los scouts.

¿Qué le pareció el homenaje que le dedicaron?

No sabía nada, por lo que fue toda una sorpresa y además muy emocionante. Vino el alcalde con la presidenta de la Diputación y me dijo: «ven, y tira fuerte del cordel». Así, delante de todo el pueblo, descubrí el monumento, que aunque un poco moderno, me representa a mí con unos niños en brazos, porque los niños lo han sido todo en mi vida.

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