Benimassot es el único municipio de la provincia de Alicante que no tiene farmacia, y por el momento lo va a seguir siendo debido a que la persona que se había adjudicado el servicio en el último concurso ha renunciado al mismo. Sin embargo, lo que en un principio podría ser interpretado como un inconveniente para los apenas 140 habitantes de esta pequeña localidad de El Comtat -de los que sólo 85 residen allí asiduamente-, no lo es en realidad. Muy al contrario, los vecinos están más que satisfechos con el farmacéutico de Balones, que se desplaza casi a diario para llevarles los medicamentos a la consulta del médico o a casa de los propios pacientes, en un servicio de carácter domiciliario.

Si hay algo que distingue a Benimassot, aparte de la belleza del paisaje en el que está enclavado y la tranquilidad de sus calles, es que es el único municipio de la provincia de Alicante que carece de farmacia. La situación parecía que iba a cambiar después de que una farmacéutica se adjudicara el servicio en el último concurso convocado por la Conselleria de Sanidad, pero al final ha terminado renunciando al mismo, por lo que las cosas continuarán como hasta ahora.

El alcalde, Rafael Cano, explicaba que "el servicio se ha concursado dos o tres veces, pero al final la gente siempre ha acabado desestimándolo, supongo que porque no será rentable visto el tamaño de la población". Y todo ello a pesar de que el Ayuntamiento daría facilidades a la hora de ceder el local. "Pero no hay forma -indicó-, y más ahora con los impagos del Consell a las farmacias".

Con todo, la falta de esta prestación no supone un problema para los habitantes de Benimassot. Según destaca Cano, "el farmacéutico de la vecina localidad de Balones cubre muy bien este déficit, ofreciendo además un servicio domiciliario con el que estamos muy contentos".

La cosa funciona así: el pueblo tiene consulta médica los lunes y los jueves, días en los que el farmacéutico de Balones, Julio Jiménez, acude al propio consultorio para recoger las recetas. "Si es urgente, les traigo los medicamentos el mismo día a sus casas, pero si no, los entrego en la siguiente consulta", explica el propio boticario.

Jiménez afirma que la farmacia no sólo no es rentable en Benimassot, sino en la mayoría de las poblaciones de pequeño tamaño situadas en el ámbito rural. "Hay poca gente y se pierde dinero. Los profesionales cogen el servicio para hacer méritos de trabajo y optar a farmacias en municipios más grandes. En mi caso, por ejemplo, si me quitaran lo de Benimassot ya no me compensaría. Por eso estoy meditando la posibilidad de abrir un botiquín en este municipio".

En cualquier caso, los vecinos están contentos con el servicio que les presta el boticario de Balones. Mara Ros, en el consultorio médico, manifestaba que "nos trata muy bien y estamos mejor atendidos que en otros sitios. Simplemente se trata de acostumbrarse a la vida de los pueblos pequeños. El caso de la farmacia es muy similar al de otros servicios básicos de alimentación como las verduras, el carnicero o el panadero, que son ambulantes y vienen de fuera para que les compremos".