El escritor Silvestre Vilaplana se adentra en el thriller psicológico con "El quadern de les vides perdudes", una obra en la que el autor alcoyano invita al lector a vivir una intriga sobre el amor a la literatura pero, también, acerca de "la angustia de la duda" provocada por la pérdida de la memoria.

Así lo ha explicado Vilaplana en la presentación del libro, ganador del último Premio Alfons El Magnànim València de Narrativa que convoca la Diputación de Valencia. En el acto también han estado presentes el director de la Institució , Ricardo Bellveser, y el director de publicaciones de Bromera, que ha editado el volumen.

El relato está protagonizado por un anciano que, en el límite de la pobreza y a punto de ser desalojado de su hogar, se ve obligado a vender los libros que ha ido acumulando a lo largo de su vida y que intenta no perder del todo conservando en un cuaderno algunos de sus fragmentos más significativos. Una segunda trama describe un horrible crimen, una niña desaparecida, con la que el hombre no sabe hasta qué punto está relacionado porque sufre inquietantes lagunas de memoria.

Vilaplana ha admitido que se trata de una "historia dura y cruda", con un "fuerte componente psicológico" y que pretende poner de relieve que "la ficción es algo tan grande que puede ser el espejo de la vida o, incluso, la vida misma". Preguntado por si en este trabajo hay influencias de Stieg Larsson o Umberto Eco, el autor valenciano ha comentado que no hay nada de ellos conscientemente" y ha agregado que, aunque la historia destila intriga, no tiene "nada que ver" con "Millennium" o "El nombre de la rosa".

De igual modo, ha asegurado que cuando escribió este libro, en el que empleó dos años, no estaba pensando en presentarse al Premio València.