La más alta parece que fue la del Teular de Uris, en Cocentaina, ya que pudo haber superado los 50 metros, pero ya forma parte de la historia antigua. De las que se conserva, la de mayor altura es la de la fábrica de Matarredona, en la zona de la Beniata de Alcoy, con sus 47 metros, según refleja el estudio elaborado por Ramón Molina Ferrero, miembro del Centro Alcoyano de Estudios Históricos y Arqueológicos (CAEHA), y que ha sido recogido en la revista "Recerques" que edita el Museo Arqueológico.

Este investigador ha tenido acceso a documentación exhaustiva, tanto del Archivo Municipal como del de la Unión Alcoyana, según ha destacado el concejal de Patrimonio Histórico, Paco Blay. El conjunto de la información obtenida ha evidenciado que en las comarcas de l'Alcoià y El Comtat, y también en Castalla, ha habido hasta 131 chimeneas. La primera fue levantada en 1832 y ya en 1864, la conocida "Guía del Forastero" de Alcoy señalaba el "cambio de paisaje" que estaba experimentando esta ciudad como consecuencia de su proliferación, según refleja el estudio de Molina.

A ésta, seguirían otras 120 más, que se repartirían de la siguiente forma: 89 más en Alcoy; 12 en Banyeres; 7 en Cocentaina; 4 en Muro; 3 en Beneixama; 2 en Castalla y Alcosser de Planes, y 1 en L'Orxa, evidentemente en la Papelera Raduán.

La arquitectura que se ha seguido para levantar estas auténticas moles de ladrillos, ha sido de tes clases: cuadradas, redondas y octogonales, siendo estas últimas las de mayor altitud, configurando auténticas agujas, como evidencia alguna imagen existente de la del Teular de Uris, catalogada como la mayor de estas comarcas.

El propio investigador, que ha obtenido la colaboración de arquitectos y documentalistas, subraya que las chimeneas de ladrillos configuran "el vestigio más significativo de la industrialización", en lo que se refiere al paisaje urbano. En Alcoy, por ejemplo, la zona del cauce del Riquer es un auténtico manantial, ya que, incluyendo la de Matarredona -situada un poco más arriba- hay apenas cinco en una distancia de 500 metros. De alguna fábrica solamente queda la chimenea, como rememoranza de lo que fue.

Hay que significar, por último, que todas las chimeneas de ladrillos anteriores a 1940 están catalogadas como Bien de Relevancia Local de la Comunidad Valenciana, por lo que la sociedad tiene la obligación de trabajar para su mantenimiento y preservación para la posteridad.