Cani fue abandonada en abril del año pasado al término de la temporada de caza en un campo de girasoles cercano a la ermita de Polop, donde permaneció durante mucho tiempo esperando a que regresase su dueño. Esta circunstancia propició que poco a poco fuese quedando desnutrida, y que su estado se agravara cuando al acercarse a la carretera un vehículo la atropelló y la dejó coja, hambienta y tirada como un juguete roto.

Así lo explica Ester Jordá, de la Protectora de Animales y Plantas de Alcoy, quien la encontró y acogió en el albergue situado en El Salt. Fue allí donde fue curada y atendida, lo que permitió que poco a poco fuese mejorando su estado de salud y también su ánimo.

Sin embargo, su avanzada edad, así como su tamaño, han jugado en su contra a la hora de las adopciones, por lo que su estancia en el albergue se prolongó más de lo que hubiese resultado deseable. "Lamentablemente -señala Ester-, la gente acoge con mayor facilidad a los cachorros o a los perros pequeños".

Cani, con todo, salía a pasear los fines de semana por los alrededores de las instalaciones, gracias a una actividad puesta en marcha por la Protectora, en la que participan grupos de voluntarios que acompañan a los perros.

Esa actividad ya permitió descubrir el carácter amable y cariñoso de esta podenca con las personas, una actitud que se confirmó plenamente con el programa de terapia asistida con animales que lleva a cabo la propia Protectora para colectivos vulnerables.

Según Ester, "la diligencia y entusiasmo que ha demostrado Cani en este programa le ha valido para que finalmente haya sido adoptada por el grupo de terapeutas Humanymal, de Alicante, que ven en ella al perro de terapia asistida ideal". La podenca trabaja sobre todo con discapacitados psíquicos, a los cuales motiva desarrollando ejercicios de identificación de colores y movilidad, entre otros.

Aprendizaje

Cani no fue criada como perro de terapia sino que todo parece indicar que un cazador la abandonó cuando terminó la temporada de caza. "Pero ella ha demostrado que su futuro no está escrito, que su esfuerzo por aprender y su cariño por las personas han sido más fuertes que cualquier destino y hoy es un perro de terapia profesional", destaca la representante de la Protectora de Animales de Alcoy.

Desde la entidad alcoyana ponen a Cani como un ejemplo para que los propietarios de los perros se conciencien de que no se deben abandonar, y que también es positivo adoptar a canes aunque sean mayores y de gran tamaño.

Según destaca Ester Jordá, "los voluntarios ven a Cani actuando en su trabajo y lloran emocionados. Alguien un día cometió un terrible error en aquel campo de girasoles marchitos, alguien dejó tirado un auténtico tesoro".