Transcurrida la primera etapa, Antonio Francés, portavoz del PSOE y alcalde, expresa sentimientos contradictorios ante su experiencia. Positivos, por el objetivo de gobernar "con diálogo y consenso" y negativos "por la situacion de la ciudad y del Ayuntamiento". A la vez, subraya que las relaciones entre PSOE, Bloc y L'Entesa han ido a mejor.

¿Cuál es el balance que hace tras los 100 primeros días?

Tengo dos sentimientos. El primero, de satisfacción por conforme se producen las cosas, sobre todo por haber cumplido el objetivo de cambiar la forma de hacer política, con diálogo y consenso. El segundo, de preocupación por la situación en que se encuentra el conjunto de la ciudad, y también la del Ayuntamiento, que es peor de lo que podíamos prever cuando empezamos. De todas formas, estamos trabajando con ilusión para remontarlo.

¿El montante del agujero está ya cuantificado?

Estamos trabajando en ello y esperamos disponer en octubre de un balance ajustado de la situación.

¿Cuál es el mayor aliciente que está teniendo como alcalde?

La satisfacción por el contacto con la gente, es lo que más se agradece. Trabajas en común con muchas personas y estamos recibiendo la ayuda de muchos ciudadanos. También estoy satisfecho con el ambiente que se respira en la ciudad, que es de confianza, y con los funcionarios del Ayuntamiento, que facilitan mucho la labor del día a día.

Evidentemente, hay un capítulo importante en lo que se refiere a la anulación de proyectos del gobierno del PP...

Sí, estamos acabando con todos los compromisos que adquirió el anterior gobierno que los ciudadanos no apoyaban [en clara referencia al hotel de la Font Roja, a La Canal, Serelles o el complejo residencial con campo de golf de Xirillent].

¿Cómo son las relaciones del tripartito tras este tiempo?

En el gobierno formamos una piña y no hay problemas, sino todo lo contrario. Estos 100 días han confirmado la voluntad de trabajar como un equipo, algo que se está haciendo.