Si algo ha marcado el arranque de la legislatura en Alcoy, con el nuevo gobierno tripartito PSOE-Bloc-Entesa, ha sido la paralización de los grandes proyectos del PP, sobre todo el parque tecnológico de la Canal, el hotel de la Font Roja, la promoción urbanística de Serelles o el campo de golf de Xirillent, aunque en este último caso con matices.

La formalización del pacto de legislatura suponía algo más que un cambio de color político, sino una renovación absoluta de la gestión. En los primeros 100 días, el nuevo gobierno, liderado por Antonio Francés, Rafa Carbonell y Paco Agulló, ha "demolido" el plan de trabajo heredado, anunciando proyectos como el parque tecnologico que presublimente se ubicará en la manzana de Rodes, algo que ha suscitado polvareda y contestación por parte del gobierno del PP. Algo de discrepancia interna se ha registrado con el golf, ya que mientras PSOE y Bloc no desestiman completamente construir el terreno de juego sin urbanización, l'Entesa lo desecha por completo.

El segundo gran argumento de los 100 días ha sido la economía, por causa de la "aparición" de multitud de facturas impagadas y del alto grado de ejecución de las partidas presupuestarias, que han dejado a los nuevos concejales delegados con limitada capacidad de maniobra para lo que queda de año. De hecho, se ha pedido al ICO un crédito de 2,5 millones para pagar facturas.

Desde la oposición del PP, en cambio, se destaca sobre todo el "servilismo" del alcalde Francés hacia la figura del vicealcalde Carbonell, mientras se insiste en menospreciar el proyecto para Rodes, que implica también desechar las actuaci0nes industriales que propugnaba el PSOE; por último, se denuncia la "inactividad" del gobierno.

Este ciclo ha incorporado la creación por vía de urgencia de una partida de 80.000 euros para ayudas sociales, a la vez que se han empezado a celebrar los plenos municipales por la tarde.

Del "fiasco" del ascenso al desalojo de la plaza de España

La puesta en marcha de la nueva administración estuvo marcada por un "fiasco" en apariencia de reducidas proporciones, pero de enorme trascendencia: los fallos en la retransmisión televisiva del partido del Alcoyano que significó el ascenso a la Segunda División. Más de 6.000 personas se congregaron en El Collao a la espera de una señal que sólo llegó en la segunda parte y de forma limitada. Esto quedó apagado por el ascenso, pero provocó la protesta enérgica del PP e intervenciones en el pleno municipal. En el lado opuesto, el gobierno consiguió que los "indignados" levantaran el campamento de la plaza de España sin que mediara intervención policial. Las negociaciones llevadas por el tripartito acabaron derivando en una salida ordenada y pacífica. M.C.