Juan Francisco Mariño es el alma mater de Caminos de Herradura en Alcoy y aún trata de aclimatarse por completo al horario y la altitud, tras su reciente regreso. "Este año hemos estado trabajando en la provincia de Canta y hemos subido a Lincha, a 3.505 metros de altura, una población que está bastante apartada de todo. Allí está trabajando una ONG que se llama Amor, con la que hemos firmado un convenio para colaborar los próximos tres años", explica Mariño.

A Lincha solo llega un autobús los sábados, "tras una ruta infernal de 40 kilómetros", y en esta zona se ha trabajado para "geolocalizar dos caminos, que van a antiguas poblaciones incas, donde hay restos arqueológicos, y en los que se va a trabajar en 2012", detalla.

Desde 2006, esta asociación trabaja con los nativos para recuperar el denominado camino "Gran Papan Ñian", que tiene más de 5.000 kilómetros de longitud y que es el equivalente a uno de nuestros senderos de Gran Recorrido (G. R.). "Nuestro cometido consiste en ayudar a los nativos a recuperar los caminos, para de esta forma potenciar el turismo rural, aprovechando las antiguas ruinas incas", precisa Juan Francisco Mariño.

En este contexto, "el Gran Papan Ñian era la vía principal de comunicación de los incas, que Pizarro y tras él otros como los hermanos Gonzalo y Hernando, o Diego de Almagro y Sebastián de Belalcázar, utilizaron para la conquista de Perú. De hecho, Pizarro cubría los caminos con tierra para evitar que sus caballos resbalaran; con el paso de los siglos estas vías han ido desapareciendo, porque por estas tierras hay mucho polvo en el ambiente, que acaba enterrándolos".

El objetivo de esta iniciativa apunta a "potenciar el turismo rural, explotando los recursos existentes, como ruinas incas y preincas, o lagos y montañas. Esta labor la hacemos tras contactar con los alcaldes y las juntas de propietarios, que nos apoyan". De hecho el trabajo en los caminos se realiza con la población. "La verdad es que se vuelcan con nosotros, dentro de sus precariedades, y nosotros procuramos ayudarles en la medida de lo posible, por ejemplo, vamos a poner un sistema de agua caliente sanitaria, gracias a un proyecto de un alumno de la Politécnica de Alcoy". Como muestra sirva que Lincha [que no llega a los 800 habitantes] tiene un médico a la semana, "que está a 25 kilómetros de distancia, y el pueblo tiene un 4x4 para desplazarse en caso de emergencia", agrega.

Como curiosidad, valga señalar que "lamentablemente, los nativos todavía nos ven como conquistadores -algo que precisan siempre los guías turísticos de Lima, por ejemplo-, pero nos llaman gringos, como a todos los extranjeros. ¡Ah! Y en Perú no se llaman senderos, sino caminos o pistas, por lo de Sendero Luminoso", concluye.