Las lluvias registradas esta última semana, acompañadas puntualmente de granizo, han empezado a causar pérdidas en el inicio de la campaña de cerezas en la provincia. Los daños se centran en las variedades más precoces, si bien en estos momentos se desconoce la envergadura, toda vez que los técnicos están realizando actualmente la evaluación. Lo que es seguro es que la producción ya no podrá alcanzar los ocho millones de kilos que se esperaban.

La lluvia es uno de lo peores enemigos de la cereza, ya que al tratarse de un fruto sumamente sensible, la humedad propicia que se agriete o que, una vez recolectado, no pueda comercializarse debido a que no perdura en el tiempo.

Así las cosas, las precipitaciones registradas el pasado fin de semana, unidas a las tormentas de la tarde del martes, han empezado a provocar pérdidas en la cosecha.

El presidente de la denominación de origen Montaña de Alicante, Marcos Simón, manifestaba que "hemos empezado mal, ya que las variedades más tempranas han salido tocadas. Falta por ver el alcance".

Simón resaltaba que la lluvia ha sido generalizada en casi toda la zona productora, aunque con distinta intensidad. "Es evidente -dijo- que la afección será irregular, pero no sabremos la cuantía real de los daños hasta que los peritos terminen los trabajos de evaluación".

Las previsiones iniciales apuntaban a una buena campaña, de ocho millones de kilos, si bien ya se advertía que esta cifra podía reducirse, dependiendo de las condiciones climatológicas.

Cabe reseñar que los productores de cerezas ya vienen arrastrando varias campañas negativas debido precisamente a la meteorología adversa.