Jordi Bernàcer Valdés es el primer alcoyano que ha tenido la oportunidad de dirigir a la Orquesta Nacional de España en un concierto sobre la obra de Pierre Boulez. Tras percibir nuevas sensaciones al coger la batuta, ha atendido a este diario para contarnos cómo ha vivido esta experiencia.

El pasado sábado 6 de noviembre debutó usted como director de la Orquesta Nacional de España, ¿cómo resultó la experiencia?

Dirigir a la Orquesta Nacional ha sido una experiencia muy enriquecedora. Me encontré con un coro y una orquesta muy motivados y con los que resultó un privilegio poder compartir un programa tan complicado como el que presentábamos.

¿Cómo surgió la colaboración con la principal institución musical española?

El concierto se enmarcaba dentro de un ciclo monográfico dedicado a Pierre Boulez y organizado por el Auditorio Nacional de Música de Madrid. Mi experiencia anterior con la música de Boulez así como otros compositores del siglo XX propició la invitación por parte de los organizadores a hacerme cargo del concierto.

¿Llevaba mucho tiempo preparando este concierto?

Recibí la invitación poco antes del verano pasado y desde entonces he estado trabajando en el mismo. Como mencionaba anteriormente, se trata de un programa muy complejo y que requiere de un proceso de análisis y profundización muy importante.

Estrenarse con la orquesta nacional con la música compleja del autor contemporáneo Pierre Boulez ¿es un premio o un castigo?

Desde luego una inmensa oportunidad. La Orquesta y Coro Nacionales interpretan habitualmente repertorio llamado contemporáneo, es decir, de los siglos XX y XXI, y tener la oportunidad de preparar obras de Boulez que interpretaban por primera vez fue una experiencia magnífica.

¿Este 2010 está siendo un año importante para usted, musicalmente hablando? Lo digo porque ha estado en muchos sitios dirigiendo a orquestas y también ha sido el director del Himno de las Fiestas de Alcoy.

Por supuesto. En el terreno profesional está siendo muy activo, ya que recientemente he dirigido en San Francisco (EE.UU.), Pesaro (Italia) y ahora en Madrid, con la Orquesta y Coro Nacionales; pero también en el plano personal: la dirección del Himne de Festes el pasado mes de abril supuso un emotivo momento muy feliz para mí.

¿En qué está trabajando ahora? ¿Cuáles son sus próximos proyectos?

Ahora mismo estoy inmerso en los ensayos de la ópera "Manon" de Jules Massenet que se estrenará el próximo mes de diciembre en el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia bajo la dirección de Lorin Maazel, y que yo mismo dirigiré los días 28 y 30 de diciembre.

Parte de su formación la recibió en Viena y en muchas ocasiones ha sido espectador del concierto de Año Nuevo. ¿Sería un sueño para usted dirigir a los músicos de la Filarmónica de Viena en este prestigioso evento musical?

El concierto de Año Nuevo se celebra el uno de enero en el Musikveiren de Viena y es, como todos sabemos, un acontecimiento musical de primer orden. Para los directores que se ponen al frente de la Filarmónica de Viena es algo así como un premio, como un agradecimiento por parte de la orquesta al trabajo compartido durante muchos años. Éste es un privilegio reservados a grandes maestros con una gran carrera. Dirigir a la Filarmónica de Viena es, sin duda, un sueño para cualquier director de orquesta, especialmente tras haber tenido el privilegio de escucharles de cerca durante mis cuatro años de estancia en la ciudad. Un sueño sí, pero para el que todavía falta mucho trabajo por hacer.