Estos días se está conmemorando el décimo aniversario de la elección de Zapatero como secretario general del PSOE, hecho que tuvo su impacto directo en Alcoy. Al día siguiente de acabar el congreso, el 24 de julio de 2000, José Sanus Tormo, alcalde socialista desde 1979, presentaba su dimisión irrevocable y cuatro días más tarde era elegido en su lugar Miguel Peralta, iniciando la era del PP, que a partir de 2003 continuaría Jorge Sedano. Curiosamente, el desarrollo industrial y la promoción económica, que se anticipaban como principal reto del nuevo gobierno del PP, no se han traducido en la creación de un solo metro cuadrado de iniciativa propia en estos diez años.

Las elecciones de 1999 habían dejado al PSOE en minoría y al gobierno local de izquierdas fruto del acuerdo de socialistas, EU y NE, y enfrente a un poderoso PP, que acabaría haciéndose con el poder. Para ello, Sanus había maniobrado en los meses anteriores, con el fin de "alejar" a sus socios, dando honores a Federico Trillo y privatizando la gestión del agua, lo que evitó cualquier posibilidad de rehacer el gobierno de izquierdas, bajo la batuta de Rebeca Soler.

Peralta cogió el bastón de mando, que mantendría hasta junio de 2003 cuando, recién conseguida la victoria por mayoría absoluta, fue nombrado por Camps conseller de Industria; en su lugar, fue escogido Jorge Sedano, que a su vez obtendría la reválida en las urnas en 2007. Enfrente, el PSOE se rompió completamente, entre los partidarios de Sanus y los que apostaba por pasar página y salir adelante, y prácticamente le ha costado una década conseguir una cierta unificación, ahora bajo la gestión de Antonio Francés.

Mientras tanto, el PP puso en marcha su maquinaria para sacar adelante su programa, que de entrada apuntaba a un desarrollo industrial que anteriormente había sido incipiente. Diez años más tarde, sin embargo, todavía se trabaja para desarrollar La Canal y sin que se haya creado ni un metro cuadrado de suelo industrial propio: se desarrolló la zona de Cotes Altes y se continuó con El Clérigo, que ya estaba en gestación y que no se ha llegado a terminar; de hecho, a día de hoy sólo hay una nave construida. Esta realidad contrasta con la tesis institucional, de que sólo en los dos primeros años ya se habían habilitado 350.000 metros cuadrados.

Aparte, Peralta y Sedano impulsaron numerosos proyectos que han tenido amplia contestación política y social, pero que les han sido respaldados en las urnas. Iniciativas como el parking subterráneo de la Rosaleda, el campo de golf de Xirillent, la urbanización de Serelles o el hotel de la Font Roja siguen estando en el candelero. Igualmente, se ha puesto en marcha un complejo deportivo en el antiguo Matadero y también se apostó por el centro comercial y de ocio de Alzamora, en la actualidad plenamente integrado en el entramado urbano, al igual que el Teatro Calderón, que se remodeló en su integridad.

En el marco, como en el resto de España, de una gran apuesta por el ladrillo, hoy absolutamente paralizado, el PP gobierna Alcoy con una precaria mayoría, ya que cuenta con 13 concejales sobre 25, aunque en realidad son 12, pues con Amparo Ferrando no se cuenta, salvo para las votaciones. La absoluta identificación del gobierno del PP local con Zaplana y Ripoll ha acabado provocando casi una ruptura institucional con la Generalitat de Camps, que deposita su confianza en los suyos, como la consellera Trini Miró o su secretario autonómico Rafa Miró.

Los planteamientos actuales siguen en la línea habitual, con un gobierno volcado en la potenciación del turismo -no hay más que recordar las exhibiciones de los Moros y Cristianos en Tokio y Nueva York- y una oposición que no ha acabado de encontrar el sitio que le corresponde, cuando ya ha transcurrido una década.