Dos forenses y una criminólga de la Universidad Miguel Hernández (UMH) iniciaron ayer la difícil y delicada tarea de exhumar e identificar 15 cadáveres, afectados por el desplome de un bloque de nichos en el cementerio de Ibi, registrado el pasado 28 de mayo. El Ayuntamiento, a través de la gestión de la concejala de Servicios Públicos Rosa Ibáñez, ha tardado un mes en materializar la tramitación administrativa necesaria para acometer el proceso y facilitar el nuevo enterramiento de estos difuntos.

El derrumbe, atribuido inicialmente a la acción de las lluvias, fue detectado en la mañana del 29 de mayo, concretamente en el grupo dos del recinto dos. El incidente provocó el hundimiento de 3 columnas de 5 alturas, con un total de 15 nichos, que habían sido construidos en 1970; los enterramientos se habían formalizado entre 1971 y 1990 y había 3 vacíos. Rosa Ibáñez significó que tras averiguar todos estos extremos, se comprobó que había 15 personas enterradas.

La edil indicó que el Ayuntamiento contactó con el Área de Medicina Legal y Forense de la UMH, sobre todo con la doctora María Dolores Marhuenda, solicitando tanto asesoramiento legal como colaboración para resolver la situaicón. Aparte, "el mismo día los técnicos de urbanismo vinieron y ordenaron a la Brigada de Obras apuntalar el pabellón de nichos en su totalidad, por seguridad". De hecho, este apuntalamiento seguía ayer. "Aparte, empezamos a avisar a todos los familiares de estos difuntos, para que tuvieran conocimiento de lo sucedido. También se convocó una junta de portavoces municipales y dos comisiones, en las que se ha informado a los grupos", detalló.

Seguidamente, se formalizó la tramitación administrativa, siendo necesario conseguir un certificado literal de defunción de cada uno de los difuntos, "y lograr los 15 nos ha costado", agregó. Después se ha tenido que efectuar una publicación oficial y obtener el permiso de Sanidad para las exhumaciones. "A pesar de que no era necesario, porque los restos no salen del cementerio, hemos querido hacerlo todo bien", significó Ibáñez.

Desde primera hora de ayer, la doctora Marhuenda, junto con Antonio Cardona, director del citado departamento forense, y la criminóloga Nadia Snacel, empezaron a desescombrar minuciosamente la zona afectada por el hundimiento, con el fin de retirar los restos de obra y separar los humanos. "Nos han pedido cajas para los restos", detalló la edil. El proceso, sin embargo, se complicó ante la necesidad de desalojar parte de los nichos colindantes, con el fin de evitar riesgos durante el desescombro.

"Hemos reservado nichos en la parte nueva para enterrar los 15 cadáveres y los que se tengan que sacar de los adyacentes"; de hecho, los familiares de estos últimos estaban siendo advertidos en el día de ayer, para que tuvieran conocimiento.

Con el fin de facilitar la operación, se abrió un boquete en la pared del cementerio, a través del cual los operarios de la Brigada de bras sacaban las carretillas con los retos materiales, que posteriormente depositaban en un contenedor preparado al efecto.