"Parece complicado, pero una vez que te metes en faena te ves capacitada para cambiar una rueda o lo que haga falta", comentaba una de las mujeres que asistía a la clase práctica celebrada en los talleres Automotronic. La iniciativa está enmarcada en un programa didáctico más amplio financiado por la Conselleria de Bienestar Social, en el que las mujeres aprenden aspectos básicos de electricidad, fontanería y carpintería, con el objetivo de que se conviertan en "manitas" y puedan hacer frente a cualquier problema que se les pueda presentar en sus casas e, incluso, dedicarse al bricolaje.

Miguel Blanes, profesor de carpintería y uno de los responsables de los cursos, señalaba que "vienen mujeres de todas las edades y clases sociales, porque sienten inquietudes y quieren aprender a realizar tareas que puedan serles útiles en el día a día. Este año se da la circunstancia de que son todas solteras, pero el año pasado eran casadas".

En el apartado de carpintería, según Blanes, "les enseñamos a distinguir herramientas, tacos y alcayatas, y a colgar un cuadro, hacer una estantería o cambiar el paño de una puerta". La misma filosofía se sigue en las clases de fontanería, con instrucciones básicas para sustituir un grifo o reparar una cisterna, o en las de electricidad, que están dirigidas a poner enchufes o colgar lámparas, entre otras cuestiones.

Con todo, uno de los apartados del curso que llama más la atención es el de mecánica básica, en el que las alumnas aprenden una serie de nociones para la utilización y el mantenimiento del vehículo. El profesor y jefe de los talleres Automotronic, Juan Francisco Rosas, comentaba que en las clases se ofrecen instrucciones acerca del rodaje del coche, para que el vehículo no sea utilizado a pleno rendimiento durante los primeros 1.000 kilómetros. También se hace referencia a los neumáticos, para que las alumnas comprueben su estado una vez al mes y sepan sustituirlos en caso de pinchazo. En este sentido, se les indica el lugar en el que se guarda el gato y también la posición adecuada para colocarlo.

Otra de las cuestiones que se abordan es la sustitución de lámpara y fusibles, y la revisión de los niveles del aceite, el líquido de frenos, el refrigerante, el fluido lavacristales y la servodirección.

Del mismo modo, se imparten nociones sobre cómo proceder a la ayuda de arranque, el tipo de combustible que se debe utilizar en cada vehículo y el montaje de las cadenas, atendiendo a si el coche tiene tracción delantera, trasera o es un todo terreno.

Las mujeres se mostraron muy interesadas en la clase, participando de forma activa. En este sentido, con el asesoramiento de los mecánicos, se pusieron manos a la obra para sustituir un neumático y también para el montaje de unas cadenas, operación ésta que, según afirmaban "es de las más complicadas".

Más sencillo les pareció la comprobación de los niveles o las instrucciones para cambiar lámparas y fusibles.

El principal obstáculo con el que tropezaron algunas de ellas es que no tienen vehículo propio, "aunque con lo que estamos aprendiendo, si hace falta puedo ayudar a mi hermano si se le presenta cualquier incidencia", manifestaba una alumna.

El profesor, Juan Francisco Rosas, destacaba el interés mostrado por las mujeres, señalando que hay que huir de cánones sexistas, que relacionan la automoción con los hombres. Según sus palabras, "tienen la misma idea que todo el mundo. Lo que tratamos es de facilitarles la solución de los problemas que les puedan surgir e, insisto, están demostrando ser unas alumnas muy aplicadas y con unas ganas muy grandes de aprender".

El curso se celebra todos los años y tiene una muy buena aceptación. Miguel Blanes señalaba que "también se pueden inscribir hombres", aunque son las mujeres las que muestran un mayor interés por el aprendizaje de este tipo de tareas.