La venida de Melchor, Gaspar y Baltasar que todo niño y no tan niño espera un seis de enero cualquiera cobra una dimensión especial en el municipio de Cañada, en la comarca del Alto Vinalopó. Allí, desde hace más de doscientos años, el día festivo más esperado del año convierte una población de poco más de mil habitantes en un escenario móvil donde Sus Majestades de Oriente buscan al hijo de Dios recién nacido.

El Auto Sacramental de los Reyes Magos comenzó ayer, y como marca una costumbre que no recuerdan ni los más viejos del lugar con el encuentro de los tres magos en los montes que rodean Judea, la primera de las cinco escenas que se representan el primero de los dos días que dura el Auto. El cortejo que sigue a los tres magos dio comienzo a las afueras, detrás del polideportivo municipal, y fueron sólo unos pocos valientes espectadores los que comienzan a seguir el paso desde ese punto.

Pese a las bajas temperaturas, y ya pasadas las once de la mañana, el comienzo de la calle Rambleta se convirtió en un hervidero de espectadores y actores que esperaban impacientes que comenzase una de las escenas más espectaculares de toda la representación: la entrada de los Reyes Magos en Judea. La segunda parada de la obra ambulante es la pieza que más coordinación necesita, por la cantidad de actores -habitantes de Cañada- que complementan la acción principal. La llegada de Sus Majestades de Oriente a lomos de sus camellos se acompañó de una lluvia de confeti y vistosas danzas orientales al son de la música, que se sincronizaron como por arte de magia por los vítores y aplausos que provocó el paso de los tres Reyes. La espectacular comitiva que llevan los magos penetró en la calle mientras los espectadores, que se cuentan ya por centenares, se agolpan a los lados o comienzan a tomar posiciones al final del la vía, frente al castillo de Herodes. Es precisamente en este escenario donde se lleva a cabo la representación de la tercera escena, cuando los recién llegados Reyes Magos se entrevistan con el Rey Herodes para dar cuenta de su búsqueda, la del rey de los judíos. La variedad de los enclaves, que obliga a los espectadores a desplazarse por el municipio en numerosas ocasiones, obliga al público a participar de forma más activa que en una representación teatral al uso, haciéndole sentir parte de esa comitiva que llega para adorar al Niño.

El gran momento del día, el encuentro de los Magos con el Niño, llegó pasado al mediodía. Con emoción contenida, la multitud que había presenciado la representación casi desde su inicio se trasladó hasta la Cueva de la Virgen. Allí los tres magos, con la entrega de sus célebres presentes, consiguieron arrancar un largo y sonoro aplauso a los presentes, en especial a los niños, que se identificaron por un momento con aquel pequeño que fue el primero en recibir regalos en la mañana del seis de enero.

El Auto Sacramental continúa hoy a las 10,45 horas con la búsqueda de la Sagrada Familia por parte del "malvado" rey Herodes y la huida a Egipto para evitar la matanza de los Santos Inocentes.