Los 670 alumnos del colegio público comarcal Bracal de Muro tendrán que asistir a clase el próximo curso en aulas prefabricadas, al detectarse aluminosis en el edificio, circunstancia que ha obligado a cerrar el centro. Los problemas salieron a la luz de forma casual en unas obras municipales en un aseo, y han sido los técnicos de la Conselleria de Educación los que han confirmado la deficiencia estructural tras realizar 24 catas.

El alcalde, Rafael Climent, explicó que el pasado mes de marzo, en el transcurso de unas obras de reparación de un aseo, se apreciaron unas vigas en malas condiciones. En ese momento el Ayuntamiento encargó unas pruebas a una empresa, que ya avanzaron la posibilidad de que se tratara de aluminosis. El incidente se comunicó a la Conselleria, que tras practicar 24 catas en distintas partes del edificio, confirmó la anomalía estructural. Esta misma semana, cuando ya habían finalizado las clases, la propia Conselleria comunicaba al Ayuntamiento que el curso próximo los alumnos tendrán que estar en aulas prefabricadas, que casi con toda seguridad se instalarán en el recinto ferial. Mientras tanto, se está a la espera de los resultados de una prueba de resistencia, para concretar si el inmueble se puede reparar. Climent ya avanzó que tanto el Ayuntamiento como la comunidad educativa exigirán la construcción de un colegio nuevo, ya que el actual presenta problemas de espacio, tiene barreras arquitectónicas y no está adaptado a la ESO. También dijo que las obras de construcción del gimnasio y el aulario de infantil se ejecutarán tal y como estaba previsto.

La situación se conocía desde

el mes de mayo

Educación conoce el resultado de las catas desde finales de mayo, pese a lo cual no ordenó el desalojo. El alcalde señaló que en el caso de que el informe evidenciara peligro para las personas, "la Conselleria hubiera incurrido en una responsabilidad". Nos obstante, insistió a la hora de señalar que no conoce el informe, y que no puede valorar la actuación del Consell.