Más de medio centenar de trabajadores se concentraron ayer a las puertas de la empresa Bonnysa para denunciar la «falta de información» sobre el fallecimiento de un trabajador en agosto de 2019. Hace justo un año, el empleado M.A.M murió supuestamente de un golpe de calor durante su primer día de trabajo en la planta de Mutxamel y todavía «se desconocen los resultados de la autopsia», según alertan los sindicatos que convocaron la protesta. «La protección de la salud en el centro de trabajo es un derecho irrenunciable. Trabajadoras y trabajadores venimos día a día a la empresa a trabajar y, así, poder llevar el salario a nuestras familias para que podamos salir adelante y, en ningún caso, para perder nuestra salud», expusieron los presentes.
Señalaron la «la falta de cultura preventiva por parte de la empresa que deriva en que sucedan este tipo de situaciones tan tristes y lamentables». Tras lo ocurrido el viernes 2 de agosto, Comisiones Obreras anunció que pondría el caso en manos de la Fiscalía e Inspección de Trabajo. El comité de empresa afirmó también que el empleado de 34 años estuvo «desatendido». Estas afirmaciones fueron negadas por la mercantil que sostuvo que el empleado «sí estuvo atendido en todo momento» y que presentó los síntomas al final de la tarde, después de estar varias horas trabajando.
En el manifiesto que se leyó ayer se exigió una «prevención real» en la planta que garantice una protección eficaz en materia de seguridad y salud laboral. Fuentes sindicales añaden que la queja no tiene que ver con la empresa sino por la ausencia del informe del forense un año después del fallecimiento del trabajador.
