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El comercio de Sant Joan alerta de una caída de la mitad de sus ventas durante el mes de junio

Los efectos de la pandemia lastran la facturación de los establecimientos mientras la hostelería notifica pérdidas del 40% respecto al verano anterior por la ausencia de turistas en el municipio

Una terraza de un establecimiento en la Rambla de Sant Joan d'Alacant, vacía, un viernes por la tarde. información

Los comerciantes de Sant Joan d'Alacant se están enfrentando a pérdidas del 50% en la facturación este verano respecto al año pasado. La crisis social y sanitaria que ha provocado la expansión del coronavirus. La Asociación de Comerciantes y Hosteleros del municipio alerta de una caída de más de la mitad en las ventas durante el pasado mes de junio. «Parece que en algunos aspectos julio se está comportando algo mejor, pero no somos optimistas para lo que resta de verano», afirma su presidente, Manuel Nieto.

Otros miembros de la asociación que también cuentan con un local en el municipio también exponen el «oscuro escenario» por el que están atravesando. Además, la situación se agrava para muchos que precisan una inyección económica para poder afrontar lo que resta de verano sin perder más nivel adquisitivo, por lo que instan al Ayuntamiento a desbloquear las ayudas municipales a la mayor brevedad posible. Charo Tomás tiene una tienda de moda íntima. Habla de la ausencia de turistas y de su repercusión en la economía local. «Al no contar con el mismo turismo que otros años, tenemos menos clientes y eso se nota mucho en los comercios de la localidad», dice.

La gerente de la tienda reconoce que lo «está pasando mal» y señala que su facturación también está por debajo del 50% respecto al año anterior. «Estoy ganando menos de la mitad de lo que solía ganar en un verano normal», concluye la vecina de Sant Joan.

La hostelería no ofrece una mejor versión del panorama. Es más, es uno de los sectores más castigados por los efectos de la pandemia que sufre el planeta. «Está todo muy parado, se está notando mucho en las terrazas y en los establecimientos; respecto al año anterior estaré ganando sobre el 40% y no he podido contar con todos los empleados, solo he podido contratar a dos cuando lo normal era tener cuatro, no hay turistas», explica Carlo la Felice, hostelero de una cervecería. «Hay mucha menos faena y, además, hay clientes de toda la vida que no han vuelto tras el confinamiento por miedo», dice. El trabajador señala también que hay mucha «irresponsabilidad» entre algunos usuarios que no aceptan ponerse la mascarilla y eso acaban también «perjudicando» al sector.

De vuelta a la venta de artículos, Manuel Soler es el propietario de una joyería en Sant Joan. Ha pasado un año donde el consumo se ha desplomado en fechas clave como Semana Santa, el Día del Padre o el Día de la Madre. La pandemia ha tocado de manera cruel a estos negocios porque les ha privado de los picos altos de ventas y ahora están pagando las consecuencias con un desplome de la facturación. «Se trata de un año casi perdido si miramos las ventas y comparando las cifras con las del año pasado es para echarse a llorar», indica el joyero. El comerciante, además, critica al Ayuntamiento por «involucrarse poco» con los negocios locales. «Falta mucha promoción, necesitamos más apoyo municipal», sostiene.

Por último, José Manel Pastor trabaja en una tienda de complementos, zapatos y bolsos: su facturación ha caído un 70%. «En marzo apenas trabajamos y abril y mayo no se vendió casi nada. El problema de Sant Joan es que recibe mucho turismo, y este verano no es así; pero los que siempre deciden marcharse en vacaciones sí lo han hecho, por lo que vienen pocos y los de siempre se marchan», concluye el hombre.

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