El grupo municipal del Partido Popular en el Ayuntamiento de San Vicente ha vuelto a pedir un plan de compra y reparto de mascarillas. "El uso obligatorio de mascarillas, vuelve a poner de relevancia la necesidad de que el equipo de Gobierno, prevea que habrá vecinos de nuestra localidad que no puedan acceder a su compra, debido a sus escasos recursos para efectuar un gasto continuado de mascarillas" señala el portavoz de los Populares, Óscar Lillo.

"Las mascarillas tienen un tiempo de uso limitado, y ello supondrá un desembolso adicional a presupuesto familiar, y todas ellas no podrán hacerle frente" advierte "debería estar disponibles en el acceso a los edificios e instalaciones públicas para todos aquellos que accedan a los mismo sin utilizarla por no disponer de ellas, y también a través de los servicios sociales ponerlas a disposición de todos aquellos que no puedan comprarlas, mayores, colectivos vulnerables, etc".

Los Populares ya hicieron esta petición al inicio del confinamiento decretado por el estado de alarma, consistente en la realización de un plan de comprar y distribución de mascarillas para la población de San Vicente. "Se preguntó también en el pleno pleno extraordinario del mes de mayo, y la respuesta de la concejal de Sanidad, fue que el gasto que supondría la compra de mascarillas para toda la población no se ajustaba a los criterios de eficacia y eficiencia que deben regir una inversión efectuada con dinero público" alegando además que "no se consigue proteger a la ciudadanía, es un producto con poca vida útil", argumentación que respondía, según el alcalde Jesús Villar, "a un acuerdo del equipo de Gobierno".

La Conselleria de Sanidad anunciaba el pasado sábado el uso obligatorio en previsión de los rebrotes que se están observando en distintas zonas del país, e incluso en determinas zonas de localidades próximas. "Los datos nos llevan a pensar en el incremento de los rebrotes en los próximos meses y un no deseado, pero probable nuevo confinamiento. No volvamos a cometer el mismo error, y tomemos decisiones con la suficiente antelación para que no se conviertan en un problema, algo a lo que lamentablemente nos está acostumbrando este equipo de gobierno" relata Lillo. Si no a toda la población, sí a todas aquellas personas susceptibles de no poder adquirirlas por su vulnerabilidad adquisitiva, y que estén disponibles en el acceso a los edificios públicos y en zonas donde presumiblemente pueda haber concentración de personas, creando unos puntos de reparto"

Las acciones del voluntariado y las donaciones de la Subdelegación del Gobierno fueron las encargadas de proveer de mascarillas a una parte importante de la población durante el confinamiento. "Gracias a ellos muchos vecinos pudieron disponer de mascarillas" explica Lillo "no volvamos a depender exclusivamente de la solidaridad. Consideramos que es responsabilidad del Ayuntamiento que nadie pueda quedar expuesto al contagio por el hecho de no poder permitirse la compra de una mascarillas, con el consiguiente peligro para el resto de vecinos.