Los servicios sociales de San Vicente del Raspeig son actualmente una de las áreas con mayor saturación en el Ayuntamiento. Durante el estado de alarma su trabajo ha sido imprescindible para poder dar cobertura a cientos de familias que han necesitado el amparo municipal y han tramitado más de 330.000 euros en ayudas básicas de emergencia. Ahora siguen trabajando con un ritmo incesante y en una situación de «sobrecarga», como reconoce la concejala, Isabel Candela. Los grupos políticos en el Ayuntamiento elogian el trabajo del área, pero advierten del colapso, fundamentalmente por la falta de personal. Es el caso de Compromís cuyo portavoz, Ramon Leyda, advierte de que el teléfono habilitado no está dando respuesta a todos los usuarios y que muchos no pueden contactar con los servicios sociales y exigen que se sume una línea más. «Una ardua labor que, desde el área de servicios sociales están llevando a cabo con responsabilidad, seriedad y rigor, pero con una falta grave de recursos reconocida por el propio personal trabajador», advierte Leyda.
La concejala replica y asegura que «hay suficientes recursos y los ciudadanos se pueden poner en contacto con nosotros. Evidentemente necesitamos gente y faltan trabajadores sociales que esperamos que se incorporen pronto».
Candela explica que el servicio está atiendo al día un centenar de llamadas, las posibles para poder dar respuesta correctamente cada petición. «Poner otro teléfono es colapsar el servicio», declara, «entran más de cien llamadas al día y si ponemos uno más colapsamos de verdad». Advierte que si «en plena pandemia no hemos necesitado más teléfonos, ahora no es necesario». La edil señala que «cada llamada que entra va a parar a un trabajador social» que atiende los casos particulares. y que todas las personas vulnerables tiene asignado un trabajador social. Y admite que cuando se amplíe el personal se podrán dar más citas.
Señala que le consta que desde Recursos Humanos trabajan en la incorporación de cuatro nuevos trabajadores sociales que se sumarán a la plantilla de siete que ya tiene el consistorio; además de contar con otros tres auxiliares administrativos.
«Tenemos 7 trabajadores sociales, un jefe de servicio, una psicóloga. Luego está Dependencia que está saliendo a valorar a personas que la necesitan cobrar; está la atención a menores y familias con problemas y a las víctimas de violencia de género, enumera la concejala. «Hay una sobrecarga de trabajo y es evidente cuál es la solución. Siempre habrá alguna persona que llame cuando las líneas estén ocupadas», señala. Y pide a la oposición «que nos deje trabajar, porque hemos demostrado que sabemos. Está muy bien que desde el banquillo de enfrente pidan. Que hubiera aprobado la RPT», recrimina a Leyda.
Las ayudas de emergencia de primera necesidad durante el estado de alarma ya han desaparecido, pero el área sigue tramitando pagos básicos de luz, agua, alquiler... y siguen otorgándose ayudas de emergencia social.
Debido a la pandemia, se ha restringido al máximo que los vecinos acudan al Ayuntamiento. El contacto con los servicios sociales es a través del teléfono y el correo electrónico. Las personas que necesitan acudir presencialmente reciben una cita previa y por ahora ya se están dando para el mes de agosto, según reconoce la responsable de Bienestar Social. «De forma presencial hay los que tienen que estar -explica la edil- se atiende telefónicamente para que no tengan que desplazarse. Se les da cita a quienes tienen que traer documentación», indica, «no es cierto que la gente no se puede poner en contacto con nosotros», niega la concejala.
