Un total de 1.638 familias de San Vicente del Raspeig han recibido durante la pandemia ayudas de primera necesidad, la mayor parte de ellas de alimentación, para poder subsistir. Los servicios sociales han hecho un balance de los cien días de trabajo en una situación excepcional. Desde el 27 de marzo y hasta el 19 de junio, San Vicente ha destinado 337.874 euros en ayudas para alimentación básica, medicación y asistencia a personas sin hogar.
Del total, el 69,30% procede de fondos propios municipales y el 30,70% restante ha sido subvencionado por la Generalitat Valenciana.
Las ayudas de primera necesidad y alimentación han sido las más demandadas y en total se han beneficiado 1.278 familias sanvicenteras que han recibido en sus casas durante la época de confinamiento el cheque para poder comprar en dos establecimientos de la localidad. Fue en el mes de abril cuando se vivió el pico de más necesidad, los servicios sociales municipales entregaban 92.650 euros a 598 familias. Hasta junio se han repartido 3.608 cheques para compra de alimentos y elementos básicos por 194.880 euros.
El estado de alarma obligó al confinamiento a toda la población y dejó en una situación de indefensión a las personas sin hogar de San Vicente. En el primer momento el Ayuntamiento alojó en un establecimiento del municipio a 7 personas, durante los meses esta cifra ha aumentado, en abril se alojó a 11 personas, en mayo fueron 15 personas y en junio han sido 11 las personas que han recibido hospedaje y manutención en el hostal local Casa Antonio. El alcalde ha emitido hasta 4 decretos para sufragar los gastos y en total el Ayuntamiento ha destinado a estos gastos 39.060 euros.
También se puso en marcha una ayuda para la compra de medicación imprescindible que ha permitido que 7 personas no se queden sin sus medicamentos durante el estado de alarma. El coste ha alcanzado los 237 euros.
Funcionarios voluntarios
Bienestar Social hizo un llamamiento de ayuda ante la situación de colapso que estaba viviendo este área y logró que muchos funcionarios se unieran a una red de voluntarios. Los servicios sociales pusieron también el acento en otro tipo de ayudas como la atención psicológica, interesándose por los ancianos que viven solos, y atendiendo casos de personas superadas por la situación. Y a la vez, se puso en marcha una asesoría jurídica para atender problemas generados por el coronavirus como inquietudes generadas por los ERTE, viajes, cobros abusivos de entidades bancarias o los regímenes de visitas de padres separados. En conjunto han sido atendidas 129 personas.
La concejal, Isabel Candela, considera haber logrado llegar «a todo aquel que lo ha necesitado». Y adelanta que «estamos preparados para seguir ayudando a la ciudadanía sanvicentera en aquello que necesite».
