El Servicio Provincial de Costas da la estocada al proyecto para levantar un polémico chalé de lujo sobre un acantilado en la Coveta Fumà. El Ministerio para la Transición Ecológica ha iniciado de oficio el expediente para ampliar la protección en esta zona, una de las últimas zonas vírgenes de la costa campellera y que está catalogada como urbana. Con esta medida incoada ya por Costas no se podrá edificar ni en esa parcela ni en otras adyacentes. Desde el Ayuntamiento de El Campello han confirmado a este medio que esta decisión del Ministerio imposibilita la concesión de la licencia que se tramitaba, y que estaba a expensas del dictamen de Costas.

El escrito está fechado el 13 de abril e informa desfavorablemente sobre la solicitud de licencia de obras para la construcción del chalé, presentada en pleno estado de alarma y tras haber renunciado la promotora hace unos meses a su idea inicial de levantar dos viviendas, proyecto que ha generado una gran polémica en los últimos años.

Esta casa se proyecta en la calle La Nucia, en un escarpado acantilado sobre el que Costas viene advirtiendo de su falta de estabilidad, por lo que ya se había mostrado contrario a que se pudiera edificar allí. Además, vecinos, EU y Cs ya advirtieron en el pasado mandato que se trata de una zona de gran valor y muy inestable, donde no se debía edificar, denunciando además irregularidades -después confirmadas por una auditoría- en su tramitación mediante la Comisión de Evaluación Ambiental municipal, que ignoró las advertencias de Costas así como su valor natural.

El informe de Costas advierte en este escrito que «este tramo de costa presenta un perfil notablemente escarpado», y las parcelas en cuestión están «afectadas por las servidumbre de tránsito y protección».

Inestabilidad

Continúa señalando que «las parcelas se mantienen a día de hoy sin edificar, con presencia de vegetación natural en su superficie. Tanto el talud como el acantilado subyacente están conformados por terrenos sueltos de escasa cohesión y fácilmente disgregables. En terrenos de similares característica de este mismo tramo de costa se ha constatado la extrema dificultad de utilizar estos terrenos para la instalación de una plataforma estable, por ejemplo, para la construcción de un paseo marítimo en la banda de terreno de 6 metros de anchura destinada a zona de servidumbre de tránsito, considerándose que podría proceder la ampliación de esta anchura en los términos previstos en el apartado 2 del artículo 27 de la Ley de Costas».

Recuerda que ya en 2018 planteó a la Conselleria su ampliación sin obtener respuesta, y ahora el Servicio Provincial ha elevado propuesta para la ampliación de la anchura de la zona de servidumbre de tránsito, para que pase de 6 a 20 metros, lo que de facto imposibilita cualquier edificación en este acantilado, donde hay otras parcelas urbanas que también se ven afectadas de igual modo. Y dicha propuesta ha sido aceptada por resolución de la Dirección General de la Costa y el Mar de fecha 22 de marzo de 2020, autorizándose la incoación del correspondiente expediente para tramitar la misma. «En virtud de lo anterior, con fecha 9 de abril de 2020 el Servicio Provincial de Costas ha acordado incoar de oficio el expediente para la ampliación de la anchura de la zona de servidumbre de tránsito a 20 metros», señala Costas.

Y advierte que «el proyecto presentado contempla numerosas construcciones dentro de la franja de 20 metros adyacente a la ribera del mar, resultando todas ellas incompatibles con la servidumbre de tránsito en su delimitación provisional». Por todo ello concluye que «las obras planteadas en el nuevo proyecto estarían afectadas por las servidumbres de tránsito (en su delimitación provisional) y protección (...). Este Servicio Provincial informa desfavorablemente la solicitud de autorización planteada, al resultar las obras incompatibles con lo dispuesto en el artículo 27 de la Ley de Costas».

Alcalde

El alcalde Juanjo Berenguer (PP) confirmó a este medio que con la decisión de Costas «el escenario ha cambiado» e «inhabilita de facto cualquier construcción en la parcela». El edil recordó que hasta el 9 de abril, cuando se incoa la ampliación, «estaba todo de acuerdo y estábamos obligados a tramitar la licencia, ya que es un acto reglado, aunque no la habíamos concedido porque faltaba el preceptivo dictamen de Costas».

Por su parte el edil de EU Pedro Mario Pardo celebró ayer la decisión de Costas, «que permite salvar del ladrillo una zona de enorme valor medioambiental donde anidan centenares de gaviotas y cormoranes. Ya en 2005 Costas advertía que allí no se podía construir por el riesgo de colapso, pero lo increíble ha sido que en los últimos años el Consistorio ha estado más pendiente de los supuestos derechos del promotor que de velar por el interés general, con graves irregularidades en la tramitación y con este último intento de la empresa en pleno estado de alarma de tratar de 'colar' el proyecto. Todo esto vuelve a demostrar la necesidad de auditar y reorganizar el servicio de Urbanismo».

El concejal de EU recuerda que "desde que iniciara este proyecto en 2018 lo teníamos claro. No se puede construir. La ladera del acantilado no tiene consistencia, existiendo peligro de desprendimiento por colapso. Ese fue el motivo para que en el año 2005 el proyecto de construcción de un hotel con 39 apartamentos en el privilegiado enclave natural se rechazara. Y parece evidente que aunque lo intentes 15 años después, el riesgo sigue existiendo. Pues lo que nos ha parecido evidente para unos, tenemos que lamentar que no lo haya sido igual para nuestro Ayuntamiento. Actuando más pendientes de los intereses del promotor que del interés general".

Y agrega EU que "la tramitación de este expediente ha estado plagada de irregularidades, cómo así lo hemos estado advirtiendo, y sin que la actitud del Ayuntamiento cambiase al respecto. Llegando al punto de negar información que solicitaba el Servicio Provincial de Costas por no considerarlo el Ayuntamiento procedente, continuando con la tramitación del proyecto. Por último nos alegramos que se haya podido salvar del ladrillo una zona de enorme valor medioambiental donde anidan centenares de gaviotas y cormoranes", insistiendo en que el departamento de Urbanismo, que durante le pasado mandato acumuló polémicas y supuestas irregularidades, "necesita ser auditado y reorganizado".